Oscuridad by Emma Cadwell

Oscuridad by Emma Cadwell

autor:Emma Cadwell [Cadwell, Emma]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Fantástico, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2011-03-08T05:00:00+00:00


13

Cuando Sebastian llegó al muelle, en seguida tuvo el presentimiento de que él no era el único soldado del ejército de las sombras que había por allí esa noche. Aunque hubiera desertado de ese ejército, seguía siendo uno de ellos y podía detectar su presencia, lo que significaba que ellos también lo detectaban a él y que tenía que andarse con cuidado.

Recordaba perfectamente dónde estaba el local del que le había hablado Simon; habían ido allí juntos un par de veces durante su juventud y a Bastian siempre le había parecido que dentro se respiraba tranquilidad. Faltaban un par de horas para que amaneciera y las sombras de la noche empezaban a disiparse. Estaba a unos diez metros del lugar cuando vio que un coche negro, demasiado caro para estar por aquellos barrios, se acercaba. Se escondió entre los palés y siguió dirigiéndose al local, y no le sorprendió lo más mínimo comprobar que aquél era también el destino del misterioso coche. Buscó un lugar desde el que poder mirar sin ser visto, y esperó.

—¿Qué ha pasado? —preguntó furioso Jeremiah Claybourne al bajar del coche.

—Se ha escapado —respondió Demetrius presionándose una herida con un sucio trozo de tela—. Había una mujer con él.

—¿Me estás diciendo que Simon Whelan y una mujer han conseguido derrotar a cuatro de los más temibles soldados del infierno?

—Nunca había visto a un guardián así —se justificó Demetrius—, era como un animal salvaje, y creo que estaba así por la chica.

—Pues haberle pegado un tiro a la fulana y listo. Ya os dije que quería a Whelan vivo, los daños colaterales no me importan lo más mínimo.

—No era una fulana —replicó el otro—. Yo ya la había visto antes, en casa de lord Ezequiel.

—¿Qué has dicho?

—Esa mujer que estaba con Whelan, no sé cómo se llama. —Se quedó pensativo unos segundos—. Stokes, creo. La vi en casa de lord Ezequiel hace unos años.

—¿Estás seguro?

—Segurísimo, señor.

Claybourne suspiró resignado.

—Está bien. Limpia todo esto. —Levantó las manos para señalar los cadáveres de los otros soldados—. Y procura no llamar la atención durante unos días.

Jeremiah subió al coche y se fue de allí a toda velocidad, y Demetrius cargó a sus compañeros muertos en una furgoneta. Sebastian esperó a que se fueran y luego salió de su escondite. Había reconocido a Jeremiah Claybourne de las revistas de sociedad, y a juzgar por la conversación que acababa de escuchar, pretendía capturar a Simon; al parecer, éste había huido con una mujer vinculada a lord Ezequiel. Tenía que avisar a su amigo, y también a Montgomery. Si lord Ezequiel estaba tramando algo, ellos tenían que estar alerta. Mientras tanto, en algún lugar de Rusia

Simona sabía perfectamente que cruzar la estepa rusa en busca de alguna pista acerca de su pasado sin tener ningún plan y sin punto de partida era una completa locura, pero nada comparable a traicionar a lord Ezequiel y abandonar el único hogar que había conocido. Y si había hecho lo segundo y lo tercero, bien podía hacer lo primero.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.