No soy él by Janis Sandgrouse

autor:Janis Sandgrouse
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
publicado: 2019-01-14T23:00:00+00:00

Han pasado diez días y sigo atada a esta maldita cama.

Jack se reúne en su despacho con gente y escucho sus voces desde aquí cuando llegan y cuando se despiden.

Ni siquiera puedo gritar porque el muy hijo de puta me ha tapado la boca. No sé las lágrimas que he derramado, pensando en mi hijo y aguantando el dolor que me causa cada vez que Jack viene a quererme, como él dice. Pero lo odio, es asqueroso. No soporto que me bese, que me toque, y sentir cómo me penetra…

Lleva diez días forzándome a tener sexo con él. Si salgo de esta… intentaré matarle con mis propias manos.

―¡Cómo que no está. ―Escucho la voz de Jack tras la puerta ―. ¡Pues sal a buscarlo, maldita sea! Ese niño es lo único que tengo para retener a esa zorra.

¿Damon? ¿Estará hablando de Damon? No puede ser que lo hayan perdido…

―¡Que se lo han llevado! ¡Maldita sea, Kevin, sólo tenías que cuidar de ese mocoso!

¿Quién se ha llevado a mi hijo? Por favor, Dios no dejes que le pase nada. Damon, cuida de nuestro hijo desde donde estés… Darel, ven a buscarnos, te necesitamos. Nuestro pequeño te necesita.

****

Han pasado horas desde que escuché a Jack hablar por teléfono, y desde entonces el silencio se ha instalado en toda la casa. No he dejado de llorar, pero ya ni siquiera me deben quedar lágrimas suficientes. No sé nada de mi hijo, ni quién se lo ha llevado, ni dónde se encuentra, ni si estará bien.

No he parado de pensar en Darel, en toda la familia Cane. Dijeron que somos su familia, y que ellos cuidan de los suyos, pero ¿por qué no han venido a por nosotros en estos diez días? Se darían cuenta al día siguiente de que tanto Damon como yo no estábamos en el apartamento de Darel, que nuestras maletas seguían en mi apartamento, que habíamos desaparecido sin decir nada a nadie y, teniendo en cuenta que todos sabían que Jack Garret estaba en Los Ángeles…

Deben estar buscándonos. Tal vez ellos se hayan llevado a Damon, le encontraron y le sacaron de la casa de ese gilipollas. Ese maldito Kevin, quien ha tenido que quedarse a vigilarme un par de veces y no se ha dedicado a ello precisamente.

Si Jack supiera que su adorado hijo me ha forzado esas dos veces que tenía que vigilarme… Pero no podía decirle nada a Jack, porque la vida de mi hijo estaba en manos de Kevin. Y ahora que ha perdido a mi hijo y no lo tiene en su poder, puedo contarle a Jack lo que me ha hecho y tal vez… Sí, tal vez se enfrente a su hijo. Y con un poco de suerte, se peleen y el pequeño Kevin muera.

Tan inmersa estaba en mis pensamientos que no me había percatado de los pasos en el pasillo.

Cuando la puerta se abre y veo a Jack, vuelvo a sentir esas nauseas que me provoca el recordar todo lo que me ha estado haciendo desde que me desperté aquí hace días.

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