Loco por ti by Jennifer Crusie

Loco por ti by Jennifer Crusie

autor:Jennifer Crusie [Crusie, Jennifer]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 1999-03-01T00:00:00+00:00


* * *

Darla dividió el pelo mojado de Quinn, mientras pensaba en Quinn y en Nick, en el cambio y en Max. Una cosa buena de que Quinn se cortara el pelo era que, por fin, la gente vería aquellos magníficos pómulos. Y tal vez, también por fin, Nick vería a Quinn, y eso sería bueno. Tal vez.

Por encima de la cabeza de Quinn miró su propio pelo recogido. Mucho más pulcro que la versión de Barbara, que era más suave, más sexy.

Mierda.

«Desde el instituto», había dicho Quinn. Bueno, el mismo tiempo que ella se había dejado crecer el pelo, desde el último año, cuando había pillado a Max mirando a una animadora de primero y lo único que él le dijo fue que le gustaba el pelo largo. En lugar de informarle de que a ella no le gustaba y de que si volvía a mirar a aquella chica era hombre muerto, había dejado de cortárselo.

—Darla —dijo Quinn.

—Sí, es una buena idea.

Le cortó el pelo escalado, con raya a un lado para suavizar la redondez de la cara, sorprendiéndose de lo mucho que cambiaba su amiga a cada golpe de tijera. Cuando Darla le pasó el peine por última vez, parecía mayor, pero también estaba mejor. Más angulosa, más atrevida, más sexy. Y luego decían que el pelo largo daba sex-appeal.

—¿Qué te parece?

Quinn asintió, con expresión un poco sombría, pero determinada.

—Es chocante, pero me gusta. Cuando se me pase la impresión, seguramente me encantará. —⁠Meneó la cabeza adelante y atrás⁠—. Antes, cuando hacía esto notaba cómo el pelo oscilaba.

—Esos días son cosa del pasado —⁠dijo Darla⁠—. ¿Te lo seco? —⁠Pero entonces llegó Nella, con media hora de retraso.

—No llego tarde, ¿verdad? —⁠dijo.

Y Quinn se levantó, derramando cantidad de mechones de pelo cobrizo al hacerlo.

—En absoluto, Nell. —Mintió Darla⁠—. Siéntate. Estoy contigo en un segundo. —⁠Siguió a Quinn hasta la caja y dijo⁠—. Es un regalo. Llámame luego. —⁠Cuando Quinn se hubo marchado, fue a la sala de descanso a buscar a Debbie.

—¿Ha llegado la de las doce? —⁠preguntó Debbie, con un tono un poco gélido.

—No. ¿Me puedes cortar el pelo luego?

Debbie se quedó boquiabierta.

—¿A ti? ¿El pelo?

—Sí —afirmó Darla—. Lo quiero corto. Como un duende.

—Ay, Dios mío. —La gelidez de Debbie se fundió al oírlo⁠—. Max te matará en cuanto te vea, seguro.

—Es mi cabeza, no la de Max —⁠dijo Darla, y volvió a salir para ocuparse de Nella antes de que Debbie pudiera señalarle que era Max quien tenía que mirarla.

Era su problema.



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