Juntos by Meghan March

Juntos by Meghan March

autor:Meghan March [Meghan March]
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 9788418045530
editor: Penguin Random House Grupo Editorial España
publicado: 2020-11-20T00:00:00+00:00


20

Kat

Anya grita, y su bebida se derrama por todas partes mientras intenta recuperar el equilibrio, pero se cae por la borda.

Casi se me sale el corazón por la boca cuando me pongo en pie de un salto.

«¡Joder!», pienso, seguido de la poco compasiva idea de «Al menos no he sido yo».

No dejo de preguntarme si así se sintió la gente que me vio caer por la borda del catamarán después de haberme bebido el coco loco.

—¡Joder! —Vander se levanta y se acerca a la borda. Pero en vez de saltar al agua a buscarla, grita—: ¡Fedor! ¡Ve a por ella!

Fedor está ocupado con una vela, pero Dane es más rápido. Corre hacia la borda y, con un ágil salto, se zambulle en el agua hacia el lugar donde Anya está chapoteando.

Sin quitarle ojo a la vela para no llevarme un golpe en la cabeza y reunirme con los demás en el agua, me dirijo también a la popa del catamarán.

Fedor me lanza un salvavidas.

—Tíreselo mientras yo repliego la vela para poder encender el motor. —Extiende las manos hacia las sogas, dejándome con el flotador naranja.

Vander me lo quita de las manos antes de que pueda tirarlo y lo lanza como un disco hacia Dane y Anya. Se queda corto por unos quince metros.

—Joder. Cómo no, tenía que emborracharse y caerse por la borda. Típico de Anya.

Lo miro.

—Oye, que le puede pasar a cualquiera. A mí me ha pasado.

Dane nada con potentes brazadas y se coloca a menos de veinte metros de ella en cuestión de segundos.

—¿Ves algún tiburón? —Estoy escudriñando la superficie en busca de aletas entre la espuma de las olas, que han aumentado desde que salimos de puerto.

—No. ¿Y tú?

—No.

En fin, al menos no tenemos que preocuparnos por eso de momento.

Dane llega hasta Anya, que se abalanza sobre él, aferrándose a sus hombros nerviosa, y al verlo me abruma otra clase de miedo.

Pueden acabar los dos ahogados si no se calma.

—Tiene que tranquilizarse.

—No sé si sabe nadar, la verdad —dice Vander con voz pensativa.

—¿Estás de coña? —Me vuelvo para mirarlo fijamente—. ¿Y no te has lanzado a por ella enseguida?

Y encima se considerará un hombre...

A lo mejor he contado con Dane el tiempo suficiente como para dar por sentado que siempre me rescatará si está ahí. Además de ser fuerte y habilidoso, no se para a pensar en su propia seguridad antes de entrar en acción.

—Iba a hacerlo. Pero tu marido parece que tiene más complejo de héroe que yo.

Es un pretexto, y los dos lo sabemos.

Vuelvo a mirar a Dane y a Anya. La tiene bien sujeta y está nadando de espaldas hacia el catamarán que, gracias a Dios, se ha detenido, porque Fedor ha arriado la vela mayor.

Dane llega al salvavidas y se lo pone a Anya por delante. Ella lo agarra, y Vander empieza a tirar de la cuerda a la que está atado para arrastrarlos. Dane sujeta a Anya y sigue impulsándose con las piernas para avanzar más deprisa.

Una vez que llegan al catamarán, Fedor deja caer la escalerilla.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.