Descubriéndonos by Ana Forner

Descubriéndonos by Ana Forner

autor:Ana Forner [Forner, Ana]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico, Erótico
editor: ePubLibre
publicado: 2022-10-26T00:00:00+00:00


Capítulo 22

Noe

Duermo completamente pegada a su cuerpo, «y puede que me arrime tanto porque su piel es cálida, como la arena de la playa en verano, porque me siento bien sintiéndolo cerca o porque Chase siempre será un buen lugar en el que estar», medito percibiendo su respiración pausada. Él me entiende, sabe cuándo dejar de presionar y me da mi espacio, me hace reír, incluso cuando no me apetece hacerlo, y cambia continuamente mis conceptos. Y luego está el sexo, tan distinto a todo lo que he vivido con otros tíos hasta ahora, porque con Chase es ir muchos pasos más allá y no solo es meter y sacar, sudar y gritar. Él me hace sentir cosas, sobre todo cuando me besa y me acaricia como si no hubiera nadie más en el mundo, eriza mi piel sin saberlo y consigue que todo dentro de mí tiemble, y no voy a ser tan idiota de decir que solo se trata de sexo, porque dejarlo en esa definición sería un poco insultante y, bueno, tampoco es amor, porque no estamos enamorados, así que supongo que es algo intermedio, ni una cosa ni la otra, como una especie de conexión que no he tenido con otros hombres, «y, en realidad, qué más dará cuando me siento tan bien», reconozco inspirando profundamente.

«A veces no vemos las cosas porque estamos demasiado ocupados viendo otras», recuerdo que le dije ayer. «Solo se trata de buscar en el lugar adecuado», recuerdo que me dijo Ohana. «Y yo no he estado buscando en el lugar adecuado», me percato abriendo los ojos como platos, porque ellos vivieron su historia de amor en Italia y Leyna todavía era una completa desconocida en Estados Unidos y en el mundo, en realidad… «Maldita sea, ¡tendría que haber buscado en revistas italianas!», me digo completamente espabilada, levantándome a toda prisa.

—¿Ha sonado el despertador? —oigo su voz somnolienta mientras yo me pongo el pijama a toda leche.

—No, duérmete, tengo que trabajar —le digo peleándome con la pernera del pantalón, deteniéndome un segundo para mirarlo y admirarlo, una vez que consigo ponérmelo.

Está acostado boca abajo con el pelo revuelto cubriendo parte de sus ojos cerrados, guapísimo incluso así, y lo que daría por volver a acostarme a su lado, por pegarme a su cuerpo y por sentir sus brazos abrazándome fuerte, «como hizo anoche antes de dormirnos», rememoro esbozando una sonrisa mientras observo cómo la colcha deja al descubierto parte de su espalda y de sus brazos desnudos, y menudo espectáculo para la vista, señores. Menudo espectáculo.

«Podría acostarme de nuevo, tengo todo el día para seguir con mi búsqueda», me planteo mordiéndome el labio inferior al tiempo que me demoro en la ladera de su espalda, en sus labios entreabiertos, en sus antebrazos y en los tatuajes que decoran su piel. Y no sé en qué momento de mi escrutinio la ternura, el cariño y el deseo han llegado para dominar mi pecho y enroscarse en mi vientre.

Dejándome llevar por todo esto que estoy sintiendo, me acerco a la cama para sentarme en el borde y darle un beso en la mejilla.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.