Nieve en la penumbra by Christine Feehan

autor:Christine Feehan
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Romántico
publicado: 2009-08-09T22:00:00+00:00

Capítulo 8

Y la sangre fluye roja sobre la blanca nieve

mientras las luces de Navidad en los hogares resplandecen.

MATT observaba por el gran ventanal de su cocina el mar embravecido. Frunció el ceño, escrutando la oscuridad. Más allá, en la distancia, casi en el horizonte, una gran masa parecía estar materializándose. Unas oscuras nubes se habían extendido ya por todo el cielo cuando los tres hombres acabaron de examinar el caos que reinaba en el laboratorio fotográfico. Matt había atendido las llamadas de sus padres y de sus hermanos para asegurarles que estaba vivo y bien, y que la casa todavía seguía en pie. Kate había recibido llamadas de sus hermanas.

Ahora, Kate, recién salida de la ducha y envuelta en la bata de Matt, estaba sentada en el sillón más cercano al suyo.

—Está ahí fuera, ¿verdad? —preguntó en voz baja—. Lamento lo de tu equipo.

Matt se volvió para mirarla.

—¿Crees que te culpo por eso?

Kate vaciló.

—No creo que él hubiese venido aquí si yo no hubiera estado. No sé por qué lo atraigo —añadió sacudiendo la cabeza—. Quizá captó mi olor en el aserradero, o me percibe como una amenaza.

—Entonces, definitivamente hablamos de él. Creo que está tomando forma, perfilando su aspecto —comentó Matt.

—Tengo que volver a casa y ayudar a encontrar la entrada apropiada en los diarios. Hay bastante texto escrito con símbolos, y mis hermanas necesitarán ayuda. No creo que dispongamos de mucho tiempo para descubrir qué sucede, Matthew. Sólo quedan unos pocos días para la Navidad, y creo que esa cosa pretende evitar que la ciudad la celebre. —Su discurso sonó melodramático incluso a sus propios oídos. ¿Cómo podía esperar tener cualquier tipo de relación con Matthew Granite y aun así seguir siendo quién era y lo que era?

—Tiempo suficiente, Kate. Iremos en cuanto hayamos arreglado unas cuantas cosas aquí. Te lo prometo.

Kate arqueó una ceja.

—¿Qué cosas? Pensaba que tú, Jonas y Jackson os habíais encargado de todo.

Matt se acercó a ella descalzo y simplemente la cogió en brazos.

—Cuesta un poco acostumbrarse a esto.

Kate apoyó los dedos en su nuca.

—Tengo que reconocer que nunca me había enfrentado a nada igual antes. —Lo deseaba mucho. Fuera adecuado o no para ella, durante ese espacio de tiempo al menos, Matthew le pertenecía.

—No me refería a nuestro demonio de la niebla. Me refería a ti. Tenerte en mi casa. Tenerte justo aquí donde puedo mirarte y tocarte. —La dejó sobre el banco de azulejos y deslizó la mano por la calidez de la bata.

Le encantó su respuesta instantánea, el modo como se inclinó hacia su manó, dándole la bienvenida.

—Recuérdame que le dé las gracias a tu hermana por la advertencia.

Matt se inclinó hacia delante para tomar su ofrenda con la calidez de su boca.

—Creo que eres un hombre de pecho —le provocó ella.

—¡Mmm!, quizá —asintió él, mientras deslizaba las manos bajo la bata hacia la cintura y por las caderas—. Pero también tienes un hermoso trasero, Kate. Me vuelve loco tu modo de andar. Solía ponerme detrás de ti sólo para darles un poco de vida a mis fantasías.

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