Mujer Akata by Nnedi Okorafor

Mujer Akata by Nnedi Okorafor

autor:Nnedi Okorafor [Okorafor, Nnedi]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Fantástico
editor: ePubLibre
publicado: 2022-01-01T00:00:00+00:00


* * *

Sunny se lamentó al ver que la madre de Chichi no estaba en casa. Tenía la esperanza de que le respondiera unas preguntas.

—No sé dónde está —dijo Chichi. Se frotaba la cara en proceso de curación—. Joder, a lo mejor se ha ido a Golpe Leopardo.

—Da igual, dinos qué has descubierto —le pidió Sasha. Tiró la mochila al suelo y se sentó entre un montón de libros. Chichi también se acomodó.

—Vale, pues es una invocación. Para La Carretera.

Los dos se la quedaron mirando.

Cuando no hicieron otra cosa que mirarla, Sunny empezó a exasperarse.

—¿Qué pasa? ¿Por qué me miráis así?

Sus amigos la miraron unos cuantos segundos más, hasta que Sasha dijo al fin:

—¿Qué es «La Carretera»?

Sunny parpadeó. Y luego sonrió. Se levantó de un salto.

—¡Ja! —Estiró los brazos con dramatismo—. ¡Un momentooooo! ¡Esto no es un simulacro! ¡Ja, ja, ja! ¡Está pasando de verdad!

Bailoteó por la cabaña, riéndose. Era el turno de que Sasha y Chichi se fastidiaran, y Sunny rio con más ganas.

Chichi se chupó los dientes.

—No hemos dicho nunca que lo sepamos todo.

—Ya, pero ¡aún no me había pasado! —replicó Sunny, sentándose de nuevo. Rio entre dientes. Ojalá Anyanwu estuviera allí para verlo—. La Carretera… Yo tampoco sé lo que es. Pero Lechezúcar ha dicho que el gazal estará allí. Es una carretera de espíritus o algo así. Por cómo lo ha dicho, era como si tuvieras que deslizarte para llegar a ella.

—Entonces ¿cómo podemos…? ¿Cree que vas a tener que buscarla sola? —preguntó Chichi.

—No, ni hablar, ni de coña —dijo Sasha.

—Ha dado a entender que es como si se me fuera a llevar —respondió Sunny, estremeciéndose.

—No te preocupes, Sunny. No lo permitiremos. No irás sola.

Sasha miraba una pila de libros.

—Mientras tanto, tenemos que investigar sobre esta carretera.

—La ha llamado de otras formas, pero no me acuerdo.

—Encontraremos algo si hay algo que encontrar. —Sasha tomó un libro y sonrió con malicia—. Propongo que vayamos a la biblioteca Obi y les pidamos que nos dejen ir a la cuarta planta. ¡Tenemos el motivo perfecto!

—¡Ostras, sí! —dijo Chichi y chocó los cinco con Sasha—. ¿Nosotros en la cuarta planta de la biblioteca Obi? ¡Eso es un paso más cerca del tercer nivel!

—Udide nos dio siete días y ya han transcurrido unos cuantos —les recordó Sunny—. ¿No hay que pasar por mucha gente para entrar allí si no eres un alumno de la biblioteca? ¡No hay tiempo!

—Tu mentora es Lechezúcar, puedes conseguir lo que quieras —dijo Chichi—. Pídeselo.

Sunny negó con la cabeza.

—Tú no la conoces.

—Jobar —se quejó Chichi con los ojos en blanco.

—Vale… Pues lee la madera —dijo Sasha—. Y cuando lo hagas, será mejor que estemos preparados para lo que ocurra.

—No mires esa cosa otra vez —advirtió Chichi.

—Pero ¿cómo voy a leerla si no? Hace falta tiempo para interpretar, para leer nsibidi. No es como agarrar un libro y leer. Hay que… No sé. Y es nsibidi muy difícil.

—Mmm —dijo Sasha—. Bueno, ya nos ocuparemos de eso cuando toque.

Acordaron marcharse a sus casas, descansar, ducharse, comer y luego reunirse en casa de Orlu a medianoche, cuando ya habría vuelto.



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