Mr Fire y yo Vol.3 by Lucy Jones

Mr Fire y yo Vol.3 by Lucy Jones

autor:Lucy Jones
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Erótico, Relato
publicado: 2013-12-08T23:00:00+00:00


4. Revelación

Tengo tanta prisa por estar a solas con Tom que me parece que la cena se extiende demasiado. Mi madre no para de adular mis méritos con Tom, como si ella quisiera casarme a cualquier precio (me he cansado de decirle, ella no puede aceptar la idea de que sólo es un amigo) y lo hostiga con preguntas. Pero como no habla ni una sola palabra en inglés y que Tom no puede entender todo lo que dice con lo rápido que habla, me paso todo el tiempo traduciendo… lo que me viene en gana: no le digo todo lo que dice mi madre y adapto las respuestas de Tom. El ejercicio es un poco cansado, pero, lo confieso, me está divirtiendo. Es ver a Tom sentado a la mesa en casa de mis padres: desfasado.

Mi impaciencia no me impide disfrutar el momento que es muy relajado y alegre. Mis padres se muestran acogedores y están completamente subyugados con Tom quien, como siempre, es encantador. Estoy tan contenta de volver a verlo.

Después de más de dos horas en la mesa, mis padres deciden al fin irse a acostar.

- Bueno jóvenes, los vamos a dejar. El cuarto de huéspedes está listo y puse toallas limpias en el borde de la tina de baño. ¡Buen fin de velada y buenas noches!

Le repito a Tom lo que acaba de decir mi madre.

- Muchas gracias, señora. Have a good night.

- Gracias mamá. ¡Buenas noches! Digo lanzando un beso en dirección a mis padres.

Tom y yo nos instalamos confortablemente en el salón y esperamos a que mis padres hayan cerrado la puerta de su recámara para empezar a hablar.

Tom me pregunta si me acuerdo que Daniel Wietermann había dado la consigna de no dar ninguna información sobre él si una persona de nombre Camille Wietermann se presentaba.

¡Por supuesto que lo recuerdo! Veo todavía el rostro enfadado de Daniel, escucho todavía el tono autoritario y glacial de sus indicaciones.

Y bien, el día en que me fui, ese Camille Wietermann se presentó en la recepción y preguntó a Tom si conocía a Daniel. Tom le respondió al principio que no estaba de ninguna manera autorizado a hablar de los clientes del hotel y que, de todas formas, él no conocía a Daniel Wietermann. Pero Camille insistió. Dijo que él sabía que Daniel iba siempre a ese hotel cuando iba a New York y que había estado ahí esos últimos días.

Si está tan seguro de su información, ¿por qué entonces preguntarle al personal del hotel?

Camille se disculpó de la manera torpe con la que había abordado a Tom. La verdad, era que necesitaba ayuda.

¿Necesitaba ayuda? ¿Cómo es eso?

Sí, Camille explicó que Daniel era su hijo y que sabía que en ese momento, había abandonado el hotel porque él lo había observado, de lejos. No se había atrevido a acercarse y ahora, lo lamentaba amargamente. Necesitaba imperiosamente hablar con su hijo y tenía miedo de haber perdido su oportunidad. Tom, enternecido por el evidente desasosiego del anciano, se mostró comprensivo y se disculpó por no poder hacer nada por él.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.