Minecraft. La invasión de los endermen by Winter Morgan

autor:Winter Morgan
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Fantástico, Infantil, Juvenil
publicado: 2014-12-31T23:00:00+00:00

10

ALGO EXTRAÑO

Mientras Steve trabajaba en su casa, intentaba convencerse de que Joshua era inocente. No tenía ningún motivo para fastidiar la competición. Además, era el amigo de Caleb y había ido a apoyarlo. Sin embargo, no paraba de pensar en Thomas, el griefer, y todos los problemas que les causó a sus amigos. Había algo en Joshua de lo que Steve no se terminaba de fiar.

Construyó una larga ventana mirando al mar. Su casa de ensueño ya iba tomando forma, tal como la había diseñado. No podía estar más feliz. Con los endermites lejos, Steve había aprovechado para adelantar mucha faena. También, se había hecho una máscara de calabaza. Quería estar preparado por si se producía otra invasión.

Se oyó una sirena por toda la isla. Steve ya sabía que era otro aviso. A través de los altavoces, se oyó la voz de Sylvia.

—Atención. Acudid por favor al escenario. Vamos a celebrar un banquete y estáis todos invitados.

Cuando Steve llegó al escenario, se encontró con Sarah y Georgia charlando y riendo.

—¿Qué es eso tan divertido? —preguntó Steve.

—Le estaba contando a Sarah mi odisea para llegar aquí. Estaba a punto de contarle cómo tuve que apañármelas para encontrar el destino sin un mapa —contó Georgia.

—¿Sabes qué? —siguió Sarah—. ¡Yo también perdí mi mapa! ¡Estaba tan desesperada! Pero al final conseguí llegar porque…

Sarah paró de hablar de golpe al ver la cara de Steve, quien se había quedado petrificado.

—¿Qué pasa, Steve? —le preguntó Georgia.

—Yo perdí mi mapa, también —dijo Steve—. Al principio, le echamos la culpa a Max, pero luego reapareció y ya nos olvidamos del tema.

—¡El mío también reapareció! —exclamó Sarah.

—¡Y el mío! —se sumó Georgia—. Y sin explicación alguna… Quiero decir, un segundo estaba perdido y al siguiente ahí estaba. Era de locos.

Georgia no podía creer que las experiencias de Sarah y Steve fueran iguales a la suya.

—Y luego está lo del carbón —añadió Steve.

—Es increíble que tengamos tantísimo en común —destacó Sarah.

Steve estaba preocupado.

—No pienso que sea increíble. Creo que están jugando con nosotros. Alguien está saboteando la competición —explicó Steve.

Steve se acercó a Caleb, quien hablaba con su amigo Joshua, y les preguntó sobre su experiencia a la ida.

—¿Os resultó fácil llegar? —preguntó.

—¡Súper fácil! —contestó Caleb—. Teníamos un mapa y con él llegamos hasta aquí sin ningún problema.

—¿Lo perdisteis en algún momento? —continuó Steve.

—No, nosotros no perdemos mapas. Somos muy responsables —puntualizó Joshua.

—Yo también soy responsable y perdí mi mapa —saltó Steve.

Joshua sonrió.

—Bueno, me alegro de que consiguieras llegar.

Steve se disculpó y abandonó la conversación para ir a por Max, Henry, Lucy y Kyra.

—¡Eh, Steve! —lo saludó Lucy—. ¿Cómo va la casa?

—No estoy preocupado por mi casa, sino por la competición. Sospecho que Joshua quiere sabotearla.

—¿Por qué haría eso? —preguntó Henry.

—No lo sé —contestó Steve. A continuación, les explicó las experiencias del resto de los competidores y las extrañas coincidencias, como la del carbón.

—Suena a que es un griefer —comentó Max.

—Y sabemos cómo tratar con griefers —añadió Henry.

—El problema es que no tengo tiempo de vigilarlo, porque tengo que trabajar.

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