Mi lugar eres tú by Vega Manhattan

Mi lugar eres tú by Vega Manhattan

autor:Vega Manhattan [Manhattan, Vega]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Relato, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2020-12-17T00:00:00+00:00


Capítulo 9

—Joder —sonrió Logan—. No he sido capaz de encontrarlas en ningún lado —cogió el botellín de cerveza y lo miró, alucinando. Justin había puesto un par de ellas en la mesa y un plato con cosas para picar. Logan le dio un sorbo al botellín y sonrió aún más—. Como siempre.

Con una sonrisa, Justin levantó la botella en un brindis.

—Por tu regreso —dijo.

No era tal, pero brindaría aunque fuese por estar allí poco tiempo.

—Se te cambió la cara —dijo Justin.

Logan bebió un poco más.

—No sé el tiempo que estaré aquí. Necesito rehabilitación o me joderé aún más de lo que estoy.

—Lo entiendo. ¿Para qué viniste entonces? ¿Por qué correr ese riesgo?

—Ya te lo dije, necesito respuestas.

—Mi madre siempre decía que, a veces, es mejor vivir en la ignorancia. Ava repite mucho esa frase.

—Tu madre… Siento mucho lo de su muerte, Justin. Sabes que la quería.

Justin y él habían mantenido contacto. Con el paso de los años este fue a menos, pero había cosas para las que uno no dudaba en llamar al otro.

La muerte de su madre fue una de ellas. A Logan le dolió como si fuera su propia madre y sufrió tanto con su muerte como con la de la suya. La quiso mucho, siempre lo hizo.

Justin sonrió.

—De ti siempre se acordaba para bien.

—¿Por qué no iba a hacerlo?

—Mi madre murió de un ataque cardíaco, Logan —tragó saliva—. Pero hacía años que estaba enferma.

Logan frunció el ceño.

—¿Enferma? ¿Una patología cardíaca?

—No. Esquizofrenia paranoide.

Logan dejó lentamente el botellín de cerveza sobre la mesa de la cocina.

—¿Desde cuándo?

—Desde hace muchos años. Estaba controlada, pero no era fácil llevarla adelante.

—Joder, lo siento. No me quiero ni imaginar…

—No podrías aunque quisieras. Pero Ava y yo decidimos estar ahí y lo hicimos hasta el final. No la dejamos sola, por más duro que nos resultara a veces.

Joder, tuvo que ser muy duro para los dos. Ahora entendía los comentarios de Ava sobre la locura.

La había dejado marcada para toda la vida.

—¿Cómo lo lleva ella?

—Mal. Se dedicó a mi madre y vivir en esa casa ahora, sola… —tampoco quería irse de ese lugar, para ella esa era su casa—. Sé que a veces siente que todo se le cae encima. Pero la mitad de lo que siente se lo guarda y no lo expresa.

—¿Desde cuándo? Ava siempre fue…

—Ava sufrió y cambió, supongo que fue eso. Por eso te pido que tengas tacto con ella. No quiero verla sufrir más.

Logan sentía un nudo en la garganta. No quería verla sufrir ni escuchar que lo hizo.

¿Y tú querías odiarla?, se preguntó. Tú eres un imbécil.

No podía juzgar a una persona por una sola acción. En realidad no podía juzgarla por nada.

Ni a ella ni a nadie. No era su misión en la vida.

—Jamás le haría daño —juró.

Y ambos sabían que así era.

Logan podía intentar odiarla toda la vida, que nunca lo conseguiría.

Como jamás podría olvidarla.



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