Mentiras by Yrsa Sigurðardóttir

Mentiras by Yrsa Sigurðardóttir

autor:Yrsa Sigurðardóttir [Sigurðardóttir, Yrsa]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga
editor: ePubLibre
publicado: 2013-11-24T05:00:00+00:00


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24 de enero de 2014

A lo largo del día Nína había cumplido con su parte del trato. Había ido a comisaría por la mañana y, tras tomarse un café, había bajado al sótano para revisar diligentemente documentos antiguos. No había buscado nada que guardara relación ni con Þröstur ni con Þorbjörg y su marido Stefán; se había dedicado exclusivamente a evaluar si se debían preservar o no los papeles que examinaba. El trabajo le había cundido y al terminar había revisado más metros de estanterías de los que se había propuesto. Ahora el pasillo estaba repleto de bolsas de basura y cajas de cartón que contenían todo lo que debía conservarse. Nadie envidiaría a quien tuviera que escanear aquella montaña de material. Nína evitaba pensar que seguramente sería ella la elegida: algunas cosas era mejor que llegaran por sorpresa. De hecho, le extrañaba que no hubieran bajado ya una fotocopiadora al sótano para ahorrarle trabajo. Lo más seguro era que allí abajo no fuera posible conectarla con el sistema informático. En cuanto viera el primer cable de internet en la escalera del sótano, ya sabía lo que le iba a tocar.

Salvo una pausa de media hora para comer, el resto del día había trabajado duro hasta terminar con los brazos doloridos. Había ido a buscar algo de almuerzo a la cantina y se lo había comido en su despacho. Era mejor eso que estar sentada sola viendo cómo sus compañeros ignoraban su existencia, aunque ahora se le cayeran restos de las chuletas rebozadas sobre el teclado. A pesar del cansancio, se sentía como si hubiera pasado un día de verano en la playa de Nauthólsvík. Por fin había conseguido dejar la mente en blanco y por primera vez en mucho tiempo había estado un buen rato sin darle vueltas a su dramática situación. El caso de Þröstur se estaba investigando de nuevo y pronto tendría noticias, las que fueran. Por el momento no tenía que preocuparse. De repente se encontraba de maravilla.

Su bienestar solo duró hasta que se quedó sin bolsas de basura y tuvo que subir a por más. Entonces se encontró con Örvar en el pasillo y le preguntó si había tenido tiempo de examinar el caso. En realidad había preguntado por decir algo, en lugar de cruzárselo sin más. Pero la reacción de su jefe le abrió los ojos: unos prolongados «mmm» y «eeeh» seguidos de una sarta de excusas y explicaciones sobre por qué no había podido hacer nada todavía.

Su jefe no iba a mover un dedo.

Örvar confiaba en poder ir dándole largas hasta el final de los tiempos. Así que Nína entendió que su acuerdo había pasado ya a la historia. Si no estaba dispuesto a desenterrar el antiguo caso y su probable nexo con el intento de suicidio de Þröstur, lo haría ella misma. Tomó la decisión mientras su jefe le explicaba que le había llevado una eternidad revisar sus propios informes. Nína sonrió instintivamente, asintió y fingió comprenderlo todo muy bien. Él levantó



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