Mar Turbulento by Christine Feehan

Mar Turbulento by Christine Feehan

autor:Christine Feehan
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Romántico
publicado: 2010-08-09T22:00:00+00:00


Capítulo 11

- Joley. Despierta. Despierta, cariño.

Joley gimió y cerró los ojos con más fuerza.

- Vete.

Oía susurros. Los oía a lo lejos y trató de girar la cabeza para ver quién la molestaba. Sentía el cuerpo pesado y torpe y apenas podía abrir los párpados. Tish y Brian se apiñaban alrededor de la cama. Jerry estaba de pie junto a su mesilla con los restos de dos paquetes blancos en las manos.

¿Joley?

La voz de Ilya le destrozó el corazón. Ese tono perfecto. Nadie tenía un tono tan perfecto y desgarrador. Cerró los ojos y tiró de las sábanas para cubrirse la cabeza. No podía oírle ni verle. Necesitaba permanecer dormida donde no podía alcanzarla para destruirla aún más.

- ¿Joley, qué demonios tomaste? -Jerry apartó a Brian y Tish a un lado, se agachó al lado de la cama y la sacudió-. ¿Qué tomaste? -hundió un dedo en el sobre y lo probó, frunció el ceño y se lo entregó a Brian.

- Ella no toma drogas -dijo Brian, repitiendo la misma acción y probando el polvo.

- Tomó algo -dijo Jerry bruscamente -. ¿Joley, qué demonios has hecho? Te juro que mejor me lo dices o voy a llamar a una jodida ambulancia ahora mismo. Levantadla. Hacedla andar de arriba a abajo por el bus. Tiradle algo de agua en la cara. ¿Qué tomaste?

Joley frunció el entrecejo, forzando sus pestañas a levantarse.

- Marcharos. Estoy durmiendo.

- Te vas a levantar -decretó Jerry-. No espero esta clase de drama de ti, Joley. De Denny quizá, pero no de ti. ¿Qué demonios tomaste?

Sentía la boca como de algodón.

- No puedo tomar drogas. Lo sabes. No funcionan en mi cuerpo. Solo me hacen enfermar.

Se dio la vuelta y miró fijamente al techo, manteniendo el edredón envuelto apretadamente alrededor de su cuerpo.

Tish tomó el paquete de Brian y se sentó al borde de la cama.

- ¿Qué es esto, cariño?

- Hannah lo hizo para mí. Se supone que solo debía usar un sobre, pero no podía dormir así que me tomé los dos, y funcionó -fulminó a Jerry con la mirada-. Hasta que decidiste irrumpir.

- ¿Qué lleva? -preguntó Jerry con su voz brusca por el alivio.

- No lo sé. Ella lo cultiva todo. Es como una súper-jardinera y todos sus polvos y cremas funcionan -puso una mano sobre sus ojos-. ¿Tenias que levantar todas las persianas?

- Sólo dos -dijo Brian-. Te conseguiré algo de comer. Enseguida vuelvo.

- Haz que se mueva, Tish -dijo Jerry palmeándole con torpeza la cabeza a Joley.

Tish esperó hasta que los dos hombres hubieron salido y cerrado la puerta.

- Estás cubierta de magulladuras, Joley, tienes marcas por todo tu cuerpo. ¿Qué sucedió? ¿Necesitas un médico'?

¿Marcas por todas partes? Las marcas de Ilya. Por dentro y por fuera. Podía sentirle tocándola, susurrándole, el cálido aliento contra su piel, sus manos mágicas. Atrajo el edredón más cerca para tener las marcas apretadas contra su piel. La absoluta compasión y cariño en la voz de Tish la estaban deshaciendo. Las lágrimas ardían en sus ojos y se le atascaron en la garganta.



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