La vida que no vivimos by María Del Valle Castillo

autor:María Del Valle Castillo
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 9786078636877
editor: BONART
publicado: 2020-02-27T15:59:08+00:00

Sangre española

Cuando tú estás es fácil ser ola en el mar…

pasión gitana y sangre española

cuando estoy contigo a solas…

Y el mundo en una caracola.

Al día siguiente estamos un poco trasnochados pero nadie puede arrancarnos de la piel el placer de amanecer juntos otra vez. La mañana transcurre sin prisas, hay que aprovechar porque es el último momento de calma que tienes ante lo que se avecina. Se acabó el viaje por el desierto, fin del silencio, llegó la hora de compartir con el mundo este renacer. El trabajo que con tanta dedicación y esfuerzo estuviste gestando en los últimos años acaba de ver la luz y ahora hay que comunicarlo, pasearlo, promoverlo, cantarlo y venderlo.

Estamos invitados a comer paella a casa de tu hermano, nos toca llevar el postre y vamos cargando una bolsa repleta de periódicos con las crónicas sobre la noche anterior. Antes de sentarnos a la mesa, tu hermano y yo bebemos oporto mientras tú fumas, comes aceitunas y leemos en voz alta las reseñas. La crítica te recibe con mucho entusiasmo; no faltan los incisivos, los periodistas son iguales aquí y en China, pero aun esos celebran tu regreso y hay elogios por doquier para ti y la producción del nuevo disco. Recorto lo que ya revisamos con la intención de poder armar un archivo para la posteridad y nos divertimos votando el mejor encabezado de las notas publicadas: “Regresa la voz rasgada de la movida madrileña. Este mito del poprock español atraviesa un momento dulce con el estreno de su disco Casualidades, con el que vuelve a la palestra tras años de retiro… La lírica española ha vuelto a llenarse de caracolas, septiembres, princesas azules y payasos melancólicos. El genio poeta vuelve para sorprendernos”. El humor es más sano que la ironía.

—He aprendido a prestar más atención cuando me señalan alguna cosa que no les gusta, que a las alabanzas, porque si solo escuchas alabanzas terminas inevitablemente en la Corte del SÍ y ahí, hagas lo que hagas, te van a decir: “¡Muy bien majestad, estupendo, lo ha hecho usted muy bien!, o ¡Manolo, eres el mejor!” Todos tenemos un ego pero procuro mantenerlo a raya lo más posible, es decir, intento estar más atento cuando alguien me dice que tal palabra no rima con tal otra… que a los elogios. Este país es muy de auparte para dejarte caer a ver cuánto rebotas. Yo he rebotado ya las suficientes veces como para saberlo, y lo que es más, prefiero que me acusen de haber salido corriendo, a que digan aquí cogieron a Manolo y lo tiraron para ver cómo rebotaba.

—Vale, pero también hay que vanagloriarse de los aciertos de vez en cuando —añade tu hermano— y lo de anoche nos lo merecíamos, trabajamos muy duro poniendo todo el corazón por delante, así que al César lo que es del César. No te imaginas lo que ha sido, Elisa, días interminables de grabaciones, noches de desvelos, y eso sí, una alegría como hace mucho tiempo no teníamos.

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