La vida pese a todo by Álex Hernández Puertas

La vida pese a todo by Álex Hernández Puertas

autor:Álex Hernández Puertas
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Realista
publicado: 2011-12-15T23:00:00+00:00


14

A menudo, dar un paso no es tan terrible como pensar en darlo.

Cuando emprendemos una acción, lo hacemos por una razón. Sin embargo, somos conscientes de que podemos fracasar. El azar es un amplio abanico de posibilidades y solo buscamos una de ellas. A su alrededor hay un montón de cosas terribles que podrían ocurrir, pequeñas decepciones, grandes fracasos, errores insalvables y heridas no deseadas. En nuestra imaginación están todos ellos. El combate, en términos matemáticos, está perdido. La superioridad es abrumadora.

Sin embargo, el camino de la realidad, aunque se tuerza, solo nos llevará a un lugar. El resto de las tragedias posibles habrán quedado atrás, descartadas para siempre.

Pensando en dar el paso, temiendo hacerlo, podemos cometer el mayor de los errores: quedarnos parados.

Volver a casa parecía aterrador hacía solo unos meses. En la práctica, no tenía nada que temer. La gente más cercana me recibió con los brazos abiertos, mi madre no paraba de invitarme a comer y ligar en la Zoo seguía siendo tan fácil como siempre.

Había empezado a ir a clase a pocas semanas del fin de curso y en la facultad no había ni rastro de Jotapé. Eli en cambio no se despegaba de mí. Se había convertido en una mariliendre infalible y conocía los cotilleos de todos los gays de Traductores, que eran, dicho sea de paso, casi todos. El tema de Jotapé, sin embargo, era un tabú que nadie parecía dispuesto a romper y yo, aunque venía mentalizado para afrontar ciertas preguntas, estaba contento de no tener que hacerlo. Quizá por eso tardé tanto en saber por qué no aparecía por clase.

Al parecer estaba recluido en alguna parte, aunque nadie parecía saber exactamente dónde: internados, cárceles y clínicas de desintoxicación eran todas opciones válidas en el chismorreo universitario.

—¿Por qué no me dijiste nada? —reprendí a Javi cuando me enteré.

—Porque no debías preocuparte de eso. Además, ¿qué te importa? —se encogió de hombros—. Es un cabrón.

Seguramente tenía razón, pero era mi cabrón. Intenté averiguar dónde estaba internado, pero no parecía tarea fácil. Su familia era de otra provincia y a Juan Pablo lo habían enviado, se decía, a algún lugar en la costa. De todas las cosas que podían ocurrir a mi regreso, era solo una de las muchas que no podía prever.

Tampoco pude predecir que conseguiría aprobar tres asignaturas, ni que el primer día de vacaciones me tropezaría con una cafetería nueva, evidentemente de ambiente: se llamaba Six Colours y en un derroche de originalidad lucía la bandera arco iris como logotipo. Entré a echar un vistazo y me encontré a Fidel, un amigo al que veía por el ambiente de vez en cuando. Estaba tomando un café con más gente. Me uní a su mesa y me quedé como gilipollas mirando a uno del grupo, sentado justo enfrente de mí. Su rostro era grande pero redondeado, y su mirada brillaba tanto como su sonrisa. Calculé que mediría metro noventa, y parecía muy fuerte. Me recordaba un poco a Mr. Leather, lo que era preocupante.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.