La veterinaria. Grandes sueños by Sarah Lark

La veterinaria. Grandes sueños by Sarah Lark

autor:Sarah Lark [Lark, Sarah]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Histórico
editor: ePubLibre
publicado: 2021-04-21T00:00:00+00:00


* * *

La renovación y decoración total de la consulta se prolongó hasta el verano. Las previsiones de los expertos en finanzas se confirmaron: la moneda cada vez se devaluaba más, los artículos se encarecían de forma escandalosa y a menudo surgían complicaciones con el abastecimiento. No todas las empresas que suministraban los materiales de la consulta habían reanudado la producción al cien por cien tras la guerra y Maria quería abrir cuando todo estuviera listo por completo. Afortunadamente, los ingresos del alquiler bastaban por el momento para cubrir sus necesidades diarias. Se podía acusar a los Obermeier de muchas cosas, pero nunca se retrasaban en el pago del alquiler. Este podía llegar a ser escaso, si el valor de la moneda seguía bajando; pero esperaban que para entonces la consulta veterinaria ya aportara algo.

Por el momento, Nellie había dejado a un lado estas preocupaciones para centrarse en el cercano final de su embarazo. Durante mucho tiempo había estado bastante ágil, pero con los meses empezó a sentirse más pesada y además había subido la temperatura. Era su primer verano en la gran ciudad y cuando brillaba el sol hacía más calor en las calles. Un día regresó por la tarde, malhumorada y bañada en sudor.

—Podría haberme ahorrado el camino —refunfuñó mientras liberaba sus pies hinchados de los zapatos y se dejaba caer en la cama—. Ya es seguro que el doctor Markwart no vendrá. «Solo asisto partos domésticos en residencias de alto nivel», canturreó con voz meliflua imitando el tono del médico. «Y en absoluto en el caso de mujeres cuyo estado civil es, cuanto menos…, cuestionable… Tampoco creo, señora, que pueda usted permitirse mis honorarios…»

—¿No ha sido amable contigo? —preguntó desconcertada Maria. Había recomendado el médico de su familia a Nellie. No conocía a ningún otro.

—Es un clasista impertinente —sentenció Nellie—. Me ha dicho que me buscara a una comadrona. Pero no ha podido recomendarme a ninguna. Tengo que preguntar a las mujeres del barrio.

—¿Vas a hacerlo? —se interesó Maria con ingenuidad.

Nellie suspiró. Su amiga todavía no había entendido del todo qué tipo de mujeres poblaba los alrededores de la Friedrichstrasse.

—En este caso, creo que es mejor que investigue por los barrios trabajadores —contestó—. Preguntaré al azar por una mujer que tal vez no tenga una formación como es debida…

—Yo sí tengo una buena formación —señaló Maria.

Nellie volvió a suspirar. De vez en cuando, su amiga no la comprendía bien.

—Ya lo sé, Maria, pero tú eres veterinaria. No puedes asistir en el parto de un bebé.

Maria la miró asombrada.

—¿Por qué no? «Por regla general, el nacimiento tiene lugar doscientos sesenta y seis días después de la concepción. En el caso de madres primerizas tarda unas trece horas. Las contracciones sirven para acortar el cervix uteri y dilatar el ostium uteri. Se suceden de modo irregular. Después de romper aguas, las contracciones y las subsiguientes retracciones son más frecuentes, el útero presiona al feto hacia la salida de la pelvis. Cuando el niño entra en la pelvis de la madre, se produce una rotación de 90 grados del feto.



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