La potencia reticente: la nueva Alemania vista de cerca by Pilar Requena

autor:Pilar Requena [Requena, Pilar]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Política
editor: ePubLibre
publicado: 2017-05-01T00:00:00+00:00

LA «CHICA» SE HACE MUJER

Si hay un gesto que destaca de la canciller alemana, Angela Merkel, es el de sus manos juntas formando un rombo con los dedos. Es como su seña de identidad. Desde su llegada al poder de la primera potencia europea, ha experimentado varias metamorfosis pero no se ha desviado de su estilo, aunque es notorio que se cuida bastante más que al principio. Ha dejado ya de ser «la chica», «la muchacha», como la llamó su padrino político y patriarca cristianodemócrata Helmut Kohl, y ha pasado a ser apodada «canciller de hierro», por su férrea defensa de la austeridad y su disciplina, o «canciller teflón», porque aparentemente todo le resbala, lo que tampoco es cierto.

Su imagen, con la crisis de los refugiados, dio un nuevo giro, y el semanario Der Spiegel incluso la caricaturizó como una santa Ángela de Calcuta, por ser el símbolo y reflejo de la generosa acogida de quienes huían de conflictos como el sirio, frente a las presiones internas en la Unión Europea para cerrar las fronteras.

Son muchas las vueltas que pueden darse al perfil de esta mujer, hija de un pastor protestante, nacida en la RFA pero que creció en la Alemania comunista y doctora en ciencias físicas, que llegó a la política por casualidad, al igual que casi por azar lleva el apellido Merkel por el que todo el mundo la conoce, pues se debe a un fugaz matrimonio a los veintitrés años con Ulrich Merkel. Se casaron en la pequeña parroquia de la RDA donde ejercía su padre.

Nació el 17 de julio de 1954 en Hamburgo, con el nombre de Angela Dorothea Kasner. Tuvo una infancia y una juventud que se pueden calificar de normales en la Alemania comunista, incluida la práctica del desnudo integral en las playas del Báltico, como atestigua alguna foto. A esa etapa pertenece también su fase de secretaria de propaganda de las Juventudes Comunistas. Trabajó en la Academia de Ciencias de Berlín Este y acabó integrándose en los grupos de la oposición tras la revolución pacífica que llevó a la caída del Muro. Fue portavoz del Gobierno de transición que condujo a la RDA hasta la reunificación, bajo el cristianodemócrata Lothar de Maizière.

Para entonces, ya hacía tiempo que se había divorciado de su primer marido y convivía en Berlín con el profesor de química Joachim Sauer, a quien conoció como hombre casado y padre de dos hijos y con quien contrajo matrimonio civil en 1998, siendo ella ya secretaria general de la Unión Cristianodemócrata (CDU). De alguna manera, se vio forzada a pasar por el papeleo de contraer matrimonio cuando empezó a tener cargos en un partido conservador que difícilmente podía admitir que su segunda viviese en un wilde Ehe («matrimonio salvaje», como se conoce en Alemania lo que llamamos «vivir en pecado» o «arrejuntados»).

Conserva aún el apodo de «muchachita del Este» que le asignó Kohl al integrarla en su Gobierno, en 1991. Necesitaba cubrir la cuota femenina y la del Este, y ella le venía que ni pintada.

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