La madre de todas las preguntas by Rebecca Solnit

autor:Rebecca Solnit [Solnit, Rebecca]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Ciencias sociales
editor: ePubLibre
publicado: 2018-01-02T00:00:00+00:00

A continuación Kluwe recibió el siguiente tuit: «Que te follen, puto gilipollas. Gamergate no consiste en odiar a las mujeres». A lo que me gustaría añadir una variación de la Ley de Lewis («todos los comentarios sobre feminismo justifican el feminismo»): la plétora de hombres que atacan a las mujeres y a cualquiera que defiende a las mujeres para demostrar que las mujeres no están siendo atacadas y que el feminismo no tiene base en la realidad no parecen ser conscientes de que convenientemente están demostrando lo contrario.

En la actualidad vivimos rodeados de gran cantidad de amenazas de violación y muerte. En el caso de Sarkeesian, la Universidad de Utah se negó a tomar en serio la amenaza de masacre en la escuela (a pesar de que era legal introducir armas en las aulas), alegando que Sarkeesian recibía amenazas de muerte todo el tiempo y, en consecuencia, fue ella la que tuvo que cancelar su propia conferencia.

De modo que están los aliados y los haters. Y luego hay un montón de hombres que es posible que tengan buenas intenciones, pero se incorporan al debate sobre feminismo con afirmaciones objetivamente cuestionables que alguien —por lo general, en mi experiencia, una mujer— tratará de rectificar durante bastante tiempo. Puede que ellos fueran el motivo de que Elizabeth Sims pusiera en marcha una página web llamada The Womansplainer: «Para los hombres que tienen cosas mejores que hacer que educarse sobre el feminismo».

Otras veces tratan de recolocar el foco de atención de cualquier cosa que se haya dicho sobre los problemas de las mujeres en los de los hombres. Por ejemplo, si leemos en internet comentarios hechos por hombres a raíz de violaciones en recintos universitarios, podríamos pensar que nos enfrentamos a una epidemia de chicas inconscientes pero maliciosas que de forma regular se empalan en transeúntes inocentes con el objetivo de meterlos en problemas. Forbes recientemente publicó, y a continuación se apresuró a eliminar, la diatriba del antiguo presidente de una fraternidad del MIT titulada: «La amenaza más grave para las fraternidades son las invitadas borrachas».

En ocasiones, los hombres insisten en que «justicia» significa admitir que los hombres sufren a manos de las mujeres igual que las mujeres sufren a manos de los hombres, o incluso sufren más. También se podría argumentar que la gente blanca sufre exactamente el mismo racismo que la gente negra, o que en este mundo no existen jerarquías de privilegio ni niveles de opresión. Hay quien lo defiende.

Es cierto, por ejemplo, que las mujeres cometen actos de violencia doméstica, pero las consecuencias son drásticamente distintas tanto en número como en gravedad. Como dije en Los hombres me explican cosas, la violencia doméstica:

[…] es la principal causa de lesión en las mujeres norteamericanas; de los dos millones anuales de mujeres agredidas físicamente, más de medio millón de estas heridas requieren atención médica, mientras que unas 145 000 requerirán al menos una noche de hospitalización, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, y no quieras saber cuántos dentistas se necesitan después de eso.

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