La guerra silenciosa by unknow

autor:unknow
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Relato, Ciencia ficción
editor: ePubLibre
publicado: 2017-01-01T00:00:00+00:00

* * *

La figura de la túnica asintió con la cabeza al bibliotecario que estaba de pie detrás del adormecido Ultramarine. El psíquico tenía una mano sobre la cabeza de Arcadese. Un halo de energía psíquica crepitante emanaba de la capucha psíquica que llevaba.

—Gracias, hermano Umojen.

—Señor Sigilita.

Mientras se retiraba a la cámara de observación, Malcador se encontró con la mirada de acero del gigante de la armadura.

—¿Se le borrará la memoria? —⁠preguntó el guerrero.

Los fuertes engranajes resonaron a través del metal y el ascensor con forma de rombo de la recámara comenzó a subir por el raíl en una plataforma con poder antigravedad. Lentamente se elevó más y la celda se hizo cada vez más pequeña, revelando una segunda celda a su lado, y luego una tercera y una cuarta…

—Me encargaré de ello personalmente —⁠respondió el Sigilita⁠—. Deberías estar sonriendo, señor pretoriano. Arcadese será un perfecto comandante en Arrecife Ardiente.

Una imagen holográfica dominaba gran parte de la cámara. El guerrero gigante se acercó y la estudió. En resolución granulada, se podía observar el orbe de Terra, que giraba lentamente, y los miles de asteroides de defensa que ahora lo rodeaban.

—Aun así —gruñó el guerrero—, no será suficiente.

Malcador suspiró.

—No, no lo será. Cada vez que lo proyectamos, en cada escenario, Horus consigue destruir Arrecife —⁠calló. Hizo una pausa⁠—. ¿Estás dispuesto a aprobar al capitán Arcadese?

El guerrero exhaló un largo y triste aliento.

—Activa su escenario otra vez —⁠dijo, apartándose de la imagen⁠—. Activa los escenarios de todos otra vez.

La plataforma ascendente todavía estaba subiendo. Debajo de ellos, había cientos de cámaras, con sujetos en trance psíquico, cada uno de ellos presidido por un bibliotecario de las diversas legiones devueltas a Terra por el capitán Garro y sus cohortes.

Malcador podía sentir las mentes de todos y cada uno de ellos, escuchar el lejano eco psíquico de la batalla en sus pensamientos. Había soñado con el asalto a Terra muchas veces. Y en todas y cada una de las visiones, el sueño no había terminado bien.

—Como ordenes, lord Dorn.

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