La caza del Bismarck by J. Vilmont

autor:J. Vilmont [Vilmont, J.]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 2020-01-01T00:00:00+00:00

Mapa de la operación Rheinübung.

HMS Ark Royal sobrevolado por varios Swordfish.

LOS INGLESES LOCALIZAN AL BISMARCK

A las tres en punto de la madrugada del 26 de mayo, dos hidroaviones Catalina del Coastal Command despegaron desde la base de Lough Erne en Irlanda del Norte en misión de reconocimiento. Tras más de siete horas de infructuoso vuelo, a las 10:30, uno de los aviones Catalina pilotado por Dennis Briggs, avistó al Bismarck e informó de su posición: «Un acorazado en demora 240°, a cinco millas, rumbo 150°. Mi posición es 49°33' norte, 21°47' oeste. Hora de transmisión, 10:30/26».

Los alemanes sintieron la presencia de los aviones respondiendo con fuego antiaéreo y el hidroavión Catalina tuvo que alejarse rápidamente tras ser alcanzado por metralla. Después de más de 31 horas de haber roto el contacto, el Bismarck había sido descubierto de nuevo. No obstante, los buques del almirante Tovey estaban muy lejos del acorazado alemán. El King George V estaba a 135 millas al norte, y el Rodney con una velocidad máxima de tan sólo 21 nudos a 125 por el nordeste. Estos acorazados, aun forzando sus máquinas al máximo jamás alcanzarían al Bismarck. Sólo los buques de la Fuerza H al mando del vicealmirante Sir James F. Somerville, procedente de Gibraltar podrían interceptarlo. El crucero de batalla Renown era el mejor situado; no obstante, no se le permitió acercarse en solitario al Bismarck por temor a que se repitiese el drama del Hood. El portaaviones Ark Royal, mediante un ataque aéreo, era el único que tenía alguna posibilidad. Nada más recibirse la noticia del avistamiento del Catalina, despegaron dos Swordfish del Ark Royal con depósitos extra de combustible para mantener contacto con el Bismarck. A las 11:15, uno de los Swordfish localizó al acorazado alemán.

A las 14:50, quince Swordfish armados con torpedos despegaron desde la cubierta del portaviones (capitán de navío Loben E. Maund) con el objetivo de atacar al Bismarck. A las 15:50 obtuvieron contacto por radar con un buque, pero las condiciones meteorológicas eran tan malas que confundieron el blanco, y cayeron sobre el crucero ligero británico Sheffield (capitán de navío Charles A. Larcom) al que se le había ordenado aproximarse al Bismarck. Afortunadamente para los británicos, el Sheffield no fue alcanzado por ninguno de los once torpedos lanzados contra él por sus compatriotas debido a fallos en las espoletas magnéticas. Sólo la suerte salvó al crucero de la Royal Navy de perecer bajo fuego amigo. Dos torpedos explotaron al entrar en el agua, tres al cruzar la estela del crucero, y los seis restantes fueron esquivados con éxito por maniobras evasivas. Los Swordfish regresaron al Ark Royal sobre el que no aterrizaron hasta después de las 17:00. A las 17:40 el sorprendido y afortunado Sheffield logró contacto visual con el Bismarck.

Los británicos echaron toda la carne en el asador y lo apostaron todo a un último ataque aéreo. Pronto la caída de la noche volvería a proteger al acorazado alemán y era la última oportunidad para los ingleses de hundir, detener, dañar o al menos aminorar la marcha del Bismarck.

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