Historia Lógico Natural (Historia Lógico-Natural) (Spanish Edition) by Guervós Juan Julián Merelo

Historia Lógico Natural (Historia Lógico-Natural) (Spanish Edition) by Guervós Juan Julián Merelo

autor:Guervós, Juan Julián Merelo [Guervós, Juan Julián Merelo]
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 2013-04-29T22:00:00+00:00


Capítulo 7

La esencia de la identidad americana – Al borde de la balacera – Reflexiones

Para variar, esta vez lo despertó uno de los policías, que se había introducido en su celda. No había parado de llover en los últimos días y el cielo seguía oscurecido por las nubes que podrían descargar de un momento a otro, y posiblemente lo harían antes de que acabara el día. Esa oscuridad había permitido a Archie dormir en su celda más tiempo del que era habitual, hasta bien entrado el día.

-Te buscan. - le dijo Raúl.

-¿A mi? - Todavía desnortado por el sueño, no le extrañó tanto que lo buscaran como que lo hicieran tan temprano. Normalmente nadie venía a buscarle hasta que el sol estaba bien alto. Es decir, las dos veces que alguien había venido a buscarle había sido por la tarde. Era él el que solía ir a la plaza, donde se ponían todos los que buscaban trabajo. Pero al mirar por el ventanuco de la celda se dio cuenta de que era posible que ya fuera bastante tarde, y que hubiera perdido el jornal. Salvo que quien viniera a buscarle le hiciera una buena oferta.

Se lavó un poco, se puso la ropa que usaba para trabajar y salió hacia fuera, hacia la oficina de los guardias. Allí, de pie muy cerca de la puerta de la comisaría, estaba una mujer de cierta edad, pelo oscuro recogido en un moño y entreverado de canas y aversión al maquillaje. Iba ataviada con un traje poco adecuado a los calores tropicales, falda larga y tobillos recubiertos por espesas medias negras. Sudaba profusamente debajo del sombrero adornado. Lo miró con cara de sorpresa mientras agarraba con fuerza un paquete que traía en las manos. Al verlo entrar, se volvió inmediatamente hacia el cabo.

-No, no, esto no. Soldado americano. No esto.

-Yo fui un jodido soldado americano. - le dijo Archie en inglés - ¿Qué diablos quiere?

-Ah, perdone – balbuceó, azorada, en el mismo idioma - Cómo... lo he visto... no sé... fuera... y...

-Sí, y de color, ya lo sé. Jodido americano del jodido séptimo de voluntarios de infantería de color de Tennessee, maldita la hora en que se me ocurrió ser voluntario. Y negro. ¿Qué diablos quiere?

La dama se recompuso un poco. Incluso intentó sonreír. No lo consiguió.

-No tiene porqué enfadarse. Sólo necesito que me proporcione alguna prueba de que es un soldado americano. Me llamo Gertrude Adams y pertenezco a las Damas de la Revolución. Hemos venido desde América, con gran peligro para nuestras vidas, para repartir paquetes de objetos de primera necesidad entre los prisioneros americanos. ¿Es usted un prisionero americano?

-Oye, Raúl, ¿soy un prisionero americano? - le dijo al cabo de la policía, en español.

-Ja, ja, claro que sí, Archie. Señora, - le dijo a Gertrude en español - ¿no quería prisionero americano? Pues este es el prisionero americano que tenemos. Archie.

-¿Seguro? ¿Prisionero americano? ¿Él? - le preguntó de nuevo.

-Todo prisionero, y todo americano, señora. - le contestó Raúl.

La señora comenzó a alejarse, camino de la puerta, y se dirigió a Archie en inglés.



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