Funeral por Francia by Gabriel García Badell

autor:Gabriel García Badell [García Badell, Gabriel]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 1975-09-15T00:00:00+00:00

Se podía decir que el problema de Antonio Murillo no era tan grave e incluso que se estudiaba por personas preparadas. Se trataba de una culpabilidad exacerbada por conflictos infantiles mal liquidados. La postura suya era de disculpa porque cuando se le llamaba la atención decía perdón o decía lo siento mucho y cambiaba de conversación para volver luego al mismo punto, no ponía nada de su lado, no se esforzaba. Que a veces uno por más que hacía no tenía más remedio que enfadarse ¡que era una vez y otra vez! que en ocasiones pensaba Chamorro que le estaba bien empleada su enfermedad por terco y que nadie le iba a ayudar más aunque lo pidiera… Había que empezar los ejercicios de la mano siempre de Chamorro o del Capellán y a ser posible en un lugar solitario. En la cuestión de la culpa lo de la superstición y las malas artes era discutible… también el Capellán, en sus tiempos, había utilizado el rito de la vara larga consistente en tocar la cabeza de los fieles para perdonar los pecados —⁠la ley del esfuerzo mínimo⁠— aunque justificaba el acto de la absolución y de los cien días de indulgencia recordando las autorizaciones respectivas de Benedicto y Clemente IV… Se tardaba un tiempo en llegar a comprender que no era cuestión de ejercicio físico, de levantarse por la mañana temprano y empezar a caminar, que era cuestión de otra cosa y si se quería un remedio aunque lento porque con esas dolencias abstractas no motivadas por lesión orgánica (al menos visible) era necesario andar con cautela y tener paciencia, sobre todo se recomendaba un confesor o un médico especializado, aunque la solución primera, la del confesor, parecía imponerse no olvidando la mentalidad de los padres, de la familia la religiosidad del país y la ayuda correspondiente que tenía que venir de arriba, con fe, con plegarias y rezos. Ejercicios gimnásticos todos los días con movimientos de piernas y de respiración al lado del mejor profesor que podía encontrar que era el Capellán, movimiento rotatorio de las piernas en los pedales de la bicicleta y flexión sin progresos aparentes, baños de agua fría y cambios bruscos de temperatura, baño vital en las partes, de cuclillas en un recipiente que había que vaciar, que había que llenar con agua lo más helada posible, y ahora se quita el agua y se va a buscar otra al grifo de los vestuarios y se lleva en una jofaina, haciendo tres viajes, y teniendo cuidado de no abrasarle que después podría dar lugar a problemas en relación con la procreación o con la curación de heridas dolorosas. Cada uno se entretiene como puede y si Antonio Murillo al lado de las duchas se dedicaba a levantar pesas estaba en su derecho. Lo importante era la forma física, el músculo. Hay quien nace con una cierta predisposición para la gimnasia. Y ahora a recorrer los paseos del patio a paso gimnástico y ahora a levantar otra

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