Five nights at Freddy's. Los ojos de plata by Scott Cawthon

Five nights at Freddy's. Los ojos de plata by Scott Cawthon

autor:Scott Cawthon
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Five Nights at Freddy’s, terror, videojuego, Freddy Fazbear’s Pizza, Charlie, asesinatos, animatrónicos
ISBN: 9788416867608
editor: Roca Editorial de Libros
publicado: 2017-06-27T00:00:00+00:00


Recorrieron el camino de vuelta por los pasillos del centro comercial abandonado sin tener cuidado alguno con las pisadas o los haces de luz de las linternas.

—Menos mal que íbamos a ser sigilosos —dijo Charlie, sombría, pero nadie respondió.

Aceleraban constantemente siguiendo un acuerdo tácito; para cuando llegaron al aparcamiento, ya casi estaban corriendo. Charlie percibió una sensación casi física de alivio al distinguir su coche cuando salieron por la puerta principal, como si se tratara de un viejo amigo.

—Alguien debería quedarse aquí —dijo entonces, quieta, con los dedos en la manija—. No podemos dejar a Carlton solo.

—No —negó Marla con decisión—. Nos vamos todos.

La miraron sorprendidos un instante. De pronto les estaba hablando como le hablaba a Jason: la hermana mayor que lo sabe todo. Lamar y Jason intercambiaron una mirada, pero nadie dijo nada.

—Nos vamos al pueblo. Todos —añadió lanzando una mirada de advertencia a Charlie—. Y vamos a buscar ayuda.

Subieron corriendo en los coches. Cuando Charlie cogió el volante, John se subió al asiento del copiloto y ella le dirigió una sonrisa franca. Jessica se subió detrás justo después. Sintió una pequeña decepción: quería hablar con él a solas. «Vamos en busca de ayuda, esto no es una cita», se reprendió, pero esa no era la cuestión. Aquel chico le daba sensación de seguridad, una piedra de toque entre todas las cosas raras que estaban sucediendo a su alrededor. Dirigió la vista hacia él, pero John estaba mirando por la ventanilla. Salieron del aparcamiento y siguieron el coche de Marla hacia la oscuridad.

Cuando llegaron al pueblo, Marla giró bruscamente hacia un lado de la calle principal y paró el coche; Charlie hizo lo mismo. Antes de que se hubiera detenido por completo, Jessica bajó de un salto y echó a correr. Marla la siguió un paso por detrás. Se pararon delante del cine y, en ese momento, Charlie se dio cuenta de que había un policía de uniforme debajo de la marquesina, apoyado en su coche blanco y negro. Abrió mucho los ojos al ver a las jóvenes que se abalanzaban hacia él y dio un paso involuntario hacia atrás cuando Marla empezó a hablar sin detenerse a recuperar el aliento.

—… por favor, tiene que venir —estaba acabando de decir Marla cuando los demás la alcanzaron.

El agente parecía un poco apabullado. Tenía la cara rosa brillante y llevaba el pelo tan corto que su gorra lo cubría por completo. Charlie se dio cuenta de que era joven, entre los veinte y los treinta, y de que los miraba con escepticismo.

—¿Se trata de una emergencia real? —les preguntó—. Puede que no lo sepáis, pero las bromas pueden traeros problemas serios.

Jessica puso los ojos en blanco y se adelantó para reducir la distancia entre ambos.

—Esto no es ninguna broma —dijo tajante, y Charlie se acordó de pronto de lo alta que era—. Nuestro amigo está atrapado en ese centro comercial abandonado, y su trabajo es ayudarnos.

Parecía confuso, pero entonces miró en la dirección de la que habían venido.

—¿En el centro



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.