Ensayo y Carta sobre la tolerancia by John Locke

Ensayo y Carta sobre la tolerancia by John Locke

autor:John Locke [Locke, John]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Ciencias sociales, Filosofía
editor: ePubLibre
publicado: 1666-01-01T05:00:00+00:00


I

El magistrado no tiene poder para imponer por ley civil, ni en su propia Iglesia ni, mucho menos, en otra, el uso de ritos o ceremonias, cualesquiera que estos sean, en el culto a Dios. Y ello, no sólo porque estas Iglesias son sociedades libres, sino porque cualquier cosa que se ofrezca a Dios en adoración divina es justificable por esta razón: quienes la practican creen que le es aceptable a Dios. Todo aquello que no se haga con esa seguridad de la fe ni es legal ni puede ser aceptable a Dios. Pues es absurdo permitir que un hombre tenga libertad religiosa —cuyo propósito es complacer a Dios— y al mismo tiempo ordenarle que desagrade a Dios por el culto mismo que se le ofrece. Se me dirá: ¿Negaremos al magistrado lo que todo el mundo le concede, a saber: poder sobre cosas que son indiferentes? Si le quitamos esto, no habrá asunto alguno sobre el que pueda legislar. A esto respondo: concedo que los asuntos que son indiferentes, y quizá sólo ellos, están sujetos al poder legislativo.

1. Pero no se sigue de ello que el magistrado pueda ordenar lo que le venga en gana acerca de algo que es indiferente. El bien público es la norma y medida de toda legislación. Si algo no es útil para el Estado, por muy indiferente que sea, no puede ser establecido por ley.

2. Por muy indiferentes que sean las cosas en su naturaleza misma, quedan fuera de la jurisdicción del magistrado cuando son traídas a la Iglesia y al culto de Dios; pues cuando se usan allí no tienen ya conexión alguna con los asuntos civiles. La única función de la Iglesia es la salvación de las almas, y en ningún modo concierne al vecindario o al Estado que en ella se practique esta o aquella ceremonia. Ni la práctica ni la omisión de ninguna ceremonia en estas asambleas religiosas aprovecha ni perjudica la vida, la libertad o las posesiones de ningún hombre. Por ejemplo, supongamos que lavar a un niño con agua es de suyo una cosa indiferente; concedamos también que es legal que el magistrado lo ordene, una vez que ha llegado a su conocimiento que un lavado así es útil para curar o prevenir alguna enfermedad de la cual son susceptibles los niños, circunstancia que lleva a creer al magistrado que el asunto es lo suficientemente importante como para decretarlo mediante edicto. Pues bien, ¿dirá alguien, por eso, que un magistrado tiene el mismo derecho para decretar que todos los niños sean bautizados por sacerdotes en la pila sagrada para purificación de sus almas? La extrema diferencia que existe entre ambos casos puede percibirla cualquiera a primera vista. Apliquemos este último caso al hijo de un judío, y la cosa es evidente. Porque, ¿qué impide que un magistrado cristiano tenga súbditos judíos? Pero si admitimos que no puede hacérsele a un judío la injuria de obligarlo, en contra de su opinión, a practicar en su religión una cosa



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.