Engaños by Taylor Smith

autor:Taylor Smith
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Intriga
publicado: 2001-08-09T22:00:00+00:00

Capítulo 19

La siguiente parada fue Francia. Allí empezó la serie de secretos, engaños y mentiras, donde descubrí las contradicciones entre lo que en un principio creía y lo que podía ser demostrado, el abismo infranqueable que mediaba entre mis suposiciones y mi descubrimiento de la verdad. Fue donde deseé no haber iniciado jamás esta búsqueda, pero ya no había marcha atrás.

Dicen que la historia la escriben los vencedores. Los muertos, los traicionados y los vencidos tienen que esperar muchos años para salir a la luz, pues casi todos permanecen enterrados bajo la mitología popular. Sin embargo, para los que buscan la verdad, los pequeños detalles y los garabatos ininteligibles de documentos olvidados son como los rastros que seguían los indios del Oeste en busca de su presa; ramas rotas, excrementos, hierba aplastada… Y mi presa era el pasado de mi madre.

Los aliados ganaron la guerra y los alemanes perdieron. Por ello la versión que contamos se reduce a las heroicas hazañas contra la maquinaria bélica de los nazis. Y esa limitación es más evidente en Francia que en ninguna otra parte. Los alemanes la ocuparon sin dificultad, tras atravesar la supuestamente infranqueable línea Maginot. En junio de 1940 París se rendía sin presentar batalla, y la nación vivía uno de los momentos más humillantes de su historia.

Naturalmente hubo un movimiento patriótico y valiente que se opuso a los nazis, tanto en la Francia ocupada como en la colaboracionista de Vichy. Fueron ellos los que nos han hecho creer que la inmensa mayoría de los franceses se oponía a la invasión, pero los documentos alemanes muestran una realidad muy distinta. Es cierto que al principio de la ocupación la resistencia contaba con un gran número de adeptos, y que estos fueron aumentando a medida que el poder nazi se debilitaba. Pero entre la caída de París en 1940 y su liberación en agosto de 1944 los partisanos de la resistencia fueron traicionados en incontables ocasiones por una población que, por una u otra razón, aceptaba el dominio alemán.

Cuando en 1940 Francia se vio obligada a firmar el armisticio, muchos de sus habitantes se sintieron aliviados por librarse de repetir la terrible devastación que sufrieron en la Primera Guerra Mundial. Además, los nazis utilizaron el terror para mantener el control sobre Europa: toques de queda, controles exhaustivos, intimidación, censura, arrestos en masa, interrogatorios brutales y, subrepticiamente, las deportaciones que terminaban en las cámaras de gas y los hornos crematorios.

Los psicólogos opinan que vivir bajo esas condiciones lleva a un estado de pasividad, por el que se acepta la opresión aun sin estar de acuerdo con ella. Las personas se refugian en sus pensamientos mientras externamente muestran la docilidad que exige el opresor. Y así se convierten en ovejas de un inmenso rebaño conducido por los perros que ostentan el poder. Desde esa perspectiva, sorprende que la resistencia consiguiera reclutar a tantos partisanos.

Pero, ¿y mi madre? ¿Cómo consiguió sobrevivir bajo esa presión física y psíquica?

Los datos fidedignos con los que hasta ese momento

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