En el principio era el sentido by Viktor Frankl

En el principio era el sentido by Viktor Frankl

autor:Viktor Frankl [Frankl, Viktor]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Psicología, Espiritualidad, Ciencias sociales
editor: ePubLibre
publicado: 1982-01-01T05:00:00+00:00


Frankl y la muerte

Kreuzer: En la discusión científica y pseudocientífica sobre la llamada «crisis de los cincuenta» se ha definido, entre otras cosas, su origen. La característica principal que se ha puesto sobre el tapete es si se podría tratar del primer enfrentamiento real con la expectativa de la muerte, la primera vez que se dirige realmente la mirada a la muerte. ¿Cree que es una definición correcta? ¿Cómo fue en su caso? ¿Desde cuándo piensa en la muerte?

Frankl: Recuerdo que la primera vez debía de tener cuatro o cinco años. Me desperté en plena noche y descubrí que yo también moriría algún día. No fue una deducción del tipo «Gayo es un hombre, los hombres son mortales, Gayo es mortal», sino que «yo» también era mortal. Y desde entonces siempre me he enfrentado con la muerte. Nunca es lo suficientemente pronto ni lo suficientemente tarde para enfrentarse con ella. Si usted quiere sacarle el mejor partido a su vida, deberá contar constantemente con el hecho de la muerte, con el hecho de la mortalidad, con el hecho de la transitoriedad de la existencia humana. Porque, si no existiera la muerte, viviríamos eternamente y podríamos dejarlo todo para más adelante; hoy no tendría por qué pasar nada, podría pasar mañana, el año que viene, el siglo que viene… El mero límite temporal de nuestra existencia es un aliciente para aprovechar el tiempo, cada hora y cada día. La muerte apenas nos asustará si la analizamos en toda su dimensión, es decir, si no nos ceñimos a que es necesaria para conceder sentido a la vida ni a que aniquila la concesión de sentido. Entonces, ¿qué significa que todo es transitorio? Significa que lo cobijamos en el ser pasado, donde no está perdido para siempre, sino guardado para que no se pierda. Todo lo que hagamos, creamos, vivamos y suframos, con coraje y honestidad, lo habremos hecho de una vez para siempre. Si veo una posibilidad de sentido y la hago realidad realizando mi sentido, habré cobijado esta posibilidad en el ser pasado. El ser pasado también es una clase de ser, quizá la forma más segura, porque nada ni nadie nos puede despojar de lo que hemos depositado en el ser pasado. En general, las personas sólo ven los rastrojos de la transitoriedad y pasan por alto los graneros repletos del ser pasado. Desde hace mucho tiempo han ido almacenando en esos graneros la cosecha de su vida, y nada ni nadie en el mundo puede acabar con lo que allí han almacenado, depositado, guardado o custodiado, en el sentido hegeliano de la guardia y la custodia.

Kreuzer: Es decir, que una píldora que nos hiciera olvidarnos de la muerte también eliminaría el sentido de nuestra vida.

Frankl: Nos desactivaría. Nos haría inútiles. Nos paralizaría, no tendríamos ningún estímulo para actuar. Perderíamos la capacidad de ser responsables, la conciencia de responsabilidad para aprovechar cada día y cada hora, es decir, para realizar un sentido cuando se nos presenta, cuando se nos ofrece momentáneamente.



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