Elizabeth Taylor by C. David Heymann

autor:C. David Heymann
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Memorias, Divulgación
publicado: 2012-03-19T23:00:00+00:00

En octubre de 1963, Elizabeth y su hija Liza acompañaron a Richard Burton a Puerto Vallarta, en México, donde éste iba a protagonizar La noche de la iguana (Night of the Iguana), una cinta sobre las tribulaciones del reverendo T. Lawrence Shannon, un sacerdote apartado de la Iglesia por tener una aventura con una menor de su parroquia. Burton encarnaría el papel del sacerdote.

Meade Roberts, que había regresado a Nueva York para finalizar un guión, recibió una llamada telefónica del actor desde México.

«¿Por qué no vienes a hacer compañía a Elizabeth? —le pidió—. Está muy aburrida.»

«De acuerdo —respondió Roberts—. ¿Necesitáis algo?»

«Liz dice que le traigas unas barritas de chocolate Hershey con almendras, pues aquí no puede conseguirlas.»

Tras colgar el teléfono, se puso a recorrer todas las pastelerías y drugstores de Broadway en busca de las chocolatinas. «Compré suficiente chocolate para llenar una maleta —asegura Roberts—. Lo que no sabía era que en aquellos días no podías volar a Puerto Vallarta sin pasar antes por la aduana en Ciudad de México. Los aduaneros me ordenaron que les mostrara mi equipaje. Cuando abrí la maleta que contenía las chocolatinas, comprobé que se habían derretido. El agente me pidió que le siguiese. Durante tres horas, un grupo de inspectores del departamento antidrogas me interrogaron en una habitación cerrada, no mayor que un armario ropero. “¿Por qué iba a querer alguien traer a México mil tabletas de chocolate derretido?”, me preguntó uno. Cuando al fin me liberaron, insistieron en confiscarme la maleta. Como es lógico, no volví a verla jamás.»

Roberts cogió un pequeño avión en Ciudad de México para trasladarse a Guadalajara, donde se montó en una avioneta con destino a Puerto Vallarta. Desembarcó luciendo tan sólo un traje de baño y unas sandalias. «Debía de hacer cuarenta y tres grados a la sombra —comentó—. Aquel lugar era una tranquila aldea de pescadores situada en la costa oeste de México, a quinientos kilómetros al norte de Acapulco. Por medio de la población atravesaba una carretera, a ambos lados de la cual había destartalados cafés y tabernas, un hotel, una oficina de Correos, la parada del autobús y dos o tres restaurantes que habían cerrado. Gracias a la presencia de Dick y Liz, Puerto Vallarta se convirtió en uno de los lugares turísticos más populares de México, repleto de lujosos hoteles, edificios de apartamentos, night clubs, cines y un puerto marítimo con docenas de yates.

»La idea de rodar en esa zona se le ocurrió a John Huston, el director y coproductor [junto con Ray Stark] del filme. Él tenía un rancho de estilo español a dieciséis kilómetros de la aldea y comprendió que podía ganar mucho dinero invirtiendo en terrenos. Y eso es lo que hizo.

»En cuanto a Liz, quería estar allí para vigilar a Burton. Sue Lolita Lyons, Deborah Kerr y Ava Gardner eran las actrices que le daban la réplica, y la estrella no tenía ninguna intención de seguir los pasos de Sybil Burton. Más posesiva y temperamental que su predecesora, Taylor procuró atar corto a Burton, lo que no siempre consiguió.

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