El nuevo mundo by Ariana Godoy

autor:Ariana Godoy
La lengua: spa
Format: epub
editor: Penguin Random House Grupo Editorial España
publicado: 2023-05-15T00:00:00+00:00

XIX

MORGAN

Silencio…

El ruido del viento acariciando la hierba resuena en mis oídos. El sol de verano calienta mi piel, el olor a carne quemada mezclada con sangre me hace arrugar la nariz. Estoy acostada sobre esa hierba, así que echo un vistazo a un lado y veo el sinfín de cadáveres: humanos, convertidos, Purasangres.

¿Esto es todo? Una falsa sonrisa llena mis labios. Mi desprecio por ese sol tan brillante crece, la forma en la que ilumina toda esta muerte me da náuseas, así que levanto la mano y murmuro para llamar a las nubes, y, en unos minutos, grandes gotas de lluvia caen sobre mí.

«Esto está mucho mejor». La lluvia mitiga el olor a muerte y me moja de pies a cabeza. Sin embargo, el silencio es el recordatorio constante de que no hay vida a mi alrededor, de que cada una de las vidas en este campo han sido eliminadas.

¿Cuándo terminará? ¿Cuándo seremos libres de este ciclo de dolor? ¿Cuántas veces más tendremos que perderlo todo? ¿Ver cómo todo se derrumba, cómo todo muere a nuestro alrededor?

Somos Purificadores, creadores, no destructores.

¿De verdad? ¿De verdad es lo que somos?

Abro los ojos de golpe, la sensación de nostalgia, de agonía, oprime mi pecho. Mi memoria es confusa, ¿por qué sigo teniendo recuerdos de otros Purificadores? Me paso la mano por la cara y me levanto para caminar hacia la ventana. El sol matutino ilumina las calles de este lugar, todos sus habitantes mezclándose y compartiendo como si fueran de la misma especie. No tengo una idea exacta de cuántos días han pasado, se han vuelto iguales, y cada noche me quedo dormida más temprano. Sé que toda mi energía se va a mis hijos, puedo sentirlos alimentándose de cada pequeño brote de poder que recupero de la naturaleza.

Afortunadamente, no he visto a Shadow desde el día del desfile, parece haberme dejado tranquila después de lo que pasó. El que sí ha venido a molestarme ha sido Kain, para alimentarme. Las primeras veces me negué, pero con el paso de los días me iba debilitando y fui consciente de que, si quería sobrevivir, tenía que ser más inteligente que orgullosa.

Así que cedí y bebí. Mis bebés se regocijaron con la sangre de Kain, era antigua y mucho más poderosa que la de Milosh, y eran esos momentos los que servían de recordatorio de la diferencia abismal entre los poderes de los primeros y nosotros.

«Tú puedes llegar a ser tan poderosa como él». Mi mente aboga a mi favor al recordar lo que me dijo Everild sobre cómo yo podría llegar a ser rival para Shadow.

He pensado mucho estos días, entre estas cuatro paredes es lo único que puedo hacer. He analizado todo lo que he visto desde que llegué a The Blackness. Shadow no parece mentir con eso de que no puede sentir nada, lo que explicaría la frialdad con la que hace las cosas. Kain lo sigue y lo obedece sin rechistar, su relación no irradia hermandad, sino lealtad; es como si

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