El Ejercito de Flandes y el camino Español 1567-1659 by Geoffrey Parker

El Ejercito de Flandes y el camino Español 1567-1659 by Geoffrey Parker

autor:Geoffrey Parker [Parker, Geoffrey]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 1972-01-01T00:00:00+00:00


FIGURA 15. Los legatarios de los soldados del Ejército de Flandes. De un registro de testamentos examinados en la auditoria general del Ejército de Flandes, mayo 1604-abril 1606 (AGRB Tribunaux Militaires, 22). Fueron examinados un total de 226 testamentos; sólo seis tenían algo que legar, aparte de los haberes atrasados, y en la mayoría de los casos sólo había un beneficiario.

En la obra de Lope de Vega Don Juan de Austria en Flandes, el flamenco monseñor De Prate ordenaba que su hija fuese infamada y vendida como esclava por haber amado a un soldado español. El efecto dramático era bueno, pero en la época en que escribía Lope (1606) las relaciones entre los españoles y los habitantes de los Países Bajos eran en realidad menos hostiles. Muchos jefes españoles se esforzaban por aprender francés o por refrescar sus recuerdos de la lengua aprendida en la escuela[306]. La tropa del ejército adoptó rápidamente las costumbres del país, pudiendo afirmarse que «tenían mas amor [a los Países Bajos] que a sus propias patrias». Los españoles llegaron pronto a llamar a los Países Bajos «su casa[307]». Después de la reconquista de las provincias meridionales en los años 1580 hubo una «compenetración» creciente entre españoles y flamencos: las tropas expatriadas adquirieron tierras y valores en su nueva patria y adoptaron las costumbres y títulos flamencos. Los flamencos, por su parte, comenzaron a entender español y fueron muchas las palabras españolas que pasaron al flamenco y al valón[308]. Hubo también algunos casos de matrimonios entre las dos poblaciones. De los 54 españoles e italianos que hicieron alguna manda entre 1604 y 1606 en la que se mencionaba a la viuda o «al tutor de sus hijos», 18 mujeres eran ciertamente españolas, pero 34 eran ciertamente flamencas, una proporción uno a dos[309]. Luego, en el siglo XVII, las proporciones cambiaron. De los 527 matrimonios de soldados españoles celebrados en la iglesia de la guarnición de Amberes entre 1625 y 1647, 216 de las desposadas tenían sobrenombres españoles o italianos, y 258, flamencos, pero la verdad es que las cifras son un tanto equivocas. Según hallamos por el registro de matrimonios de la iglesia, una gran mayoría de las desposadas españolas eran ya residentes en los Países Bajos, muchas de ellas nacidas allí, y muchas de las desposadas flamencas habían nacido de madres españolas. Un gran número de las desposadas constaban como huius castri filia («criada en la ciudadela de Amberes») y varias (el 12 por 100) de las viudas de algún otro soldado. Estas cifras dan testimonio del desarrollo a mediados del siglo XVII de una sociedad militar en los Países Bajos autónoma, cerrada sobre sí misma, casi sin mezclas, independiente de la población del país[310].

En el ejército se celebraban muchos matrimonios, a pesar de los repetidos intentos del gobierno de prohibir o limitar el crecimiento del número de hombres casados en el servicio (se creía que resultaban más caros, más propensos al motín y menos valientes en la lucha[311]). Hay un pasaje conmovedor en el



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