El ausente by Raúl Garbantes

El ausente by Raúl Garbantes

autor:Raúl Garbantes [Garbantes, Raúl]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga
editor: ePubLibre
publicado: 2018-05-14T16:00:00+00:00


14

Se metió dentro del coche y allí mismo comenzó a revisar los papeles. En efecto, leyó el nombre del propio Stanley junto al de los compañeros que estudiaron y convivieron con él. Por fortuna también estaban las direcciones y números de teléfono, aunque después de diez años muchos habrían perdido validez.

Igual, se dijo Lydia, valía la pena hacer el intento. Uno de ellos, al menos, debía de haber mantenido su dirección.

Intentó en vano llamando a varios números desde su móvil: en los casos en que la atendieron, se trataba de nuevos ocupantes de esas casas sin la menor idea de cómo contactar al dueño anterior. En otros casos, los números ya no estaban disponibles —según informaba la voz electrónica de la compañía de teléfono—, o simplemente no la atendía nadie.

Hasta que, más o menos por el décimo llamado, Lydia acertó:

—Sí, recuerdo a Stanley —le dijo una voz que aún sonaba jovial, quizá en parte por ese fugaz viaje en el tiempo que todos emprendemos al recordar el pasado adolescente—. Él fue mi compañero de cuarto hasta que… Bueno, sucedió lo que usted ya sabe.

No solo había localizado a un alumno que estudió con Stanley, sino ¡al mismísimo compañero de cuarto! Vaya que a Lydia le sonrió la fortuna esta vez. Era hora, se dijo: ya ni recordaba lo que era tener un golpe de suerte. En su mente sonaban fuegos artificiales de festejo.

—Sí, por supuesto que me gustaría ayudar —dijo el hombre una vez que ella, después de explicarle sus motivos, le pidió una entrevista.

Según los registros, se llamaba Michael Strutt y había conseguido recibirse. Vivía, y seguía viviendo, a unos pocos kilómetros de la universidad.

—Puede venir ahora mismo, tengo un buen rato disponible —dijo Michael.

Aunque consciente de que conversar con ese chico no garantizaba ningún resultado en sus indagaciones, a Lydia le había vuelto el entusiasmo al cuerpo. Le dijo que saldría de inmediato hacia allá.

Y, poniendo en marcha el Focus, eso mismo fue lo que hizo.

* * *

Michael le abrió la puerta y la invitó a pasar con una cálida sonrisa. Tenía un aspecto atlético y vivaz, hablaba en voz alta y clara, a la vez que amable. Le ofreció algo de tomar y Lydia le dijo que le gustaría un vaso de agua fresca. Michael se dirigió hacia la refrigeradora mientras ella aguardó sentada en un confortable sofá de la sala de estar.

Cuando Michael regresó a la sala sostenía, además del vaso de agua, una botella de bebida deportiva para él, una de esas con sabor a frutas y que contienen minerales y vitaminas. Aunque el muchacho se había mostrado predispuesto a colaborar desde el primer instante, ella seguía siendo una extraña a sus ojos, así que Lydia aprovechó para lanzarle un comentario que aumentara la confianza entre los dos.

—Veo que, igual que a mí, te gustan los deportes.

—Sí, me gusta correr y cada tanto hago pesas. —Michael tomó un trago de la bebida, como si el mero recuerdo del deporte acabara de darle sed, y se sentó en el otro sillón de la sala—.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.