Desayuno con lactantes by Mamá saturada

autor:Mamá saturada
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Humor
publicado: 2018-10-02T22:00:00+00:00

Madres, padres..., hoy quiero haceros partícipes de una realidad preocupante: la celebración de los cumpleaños infantiles se nos ha ido de las manos. Y no tiene pinta de ir a volver pronto.

En nuestra tierna infancia, durante aquellos años de la EGB, los cumpleaños infantiles seguían el mismo patrón para todos los niños de clase. Era como una norma no escrita entre padres que regía las leyes sobre cómo celebrar un buen cumpleaños egebero, en el que, para merendar, nunca faltaban las patatas de bolsa, gusanitos a porrillo, sandwiches con forma de triángulo rellenos de jamón york y queso, chorizón, paté La Piara tapa negra y Nocilla, tortilla de patata en cuadraditos y una gran tarta casera de chocolate, natillas y galleta. Para beber, varias botellas de bebidas carbonatadas de naranja y cola que en más de una ocasión se tomaban mezcladas. Cómo no, era imprescindible que antes y después de la merienda sonase la música a todo trapo: Parchís, Horacio Pinchadiscos, Torrebruno… Y en ocasiones, si los padres se venían arriba y no miraban el duro, como traca final de las tres horas de fiesta salía la piñata. Todo esto celebrado en el domicilio familiar, en un garaje o en un bajo sin reformar propiedad de un tío del niño homenajeado. Y éramos realmente felices.

Con los años los cumpleaños empezaron a celebrarse fuera del domicilio familiar, lo cual es mucho más cómodo, pues no hay que que limpiarlo todo al terminar el botellón infantil, y con ello aparecieron los primeros parques infantiles con piscinas de bolas y castillos hinchables. Los ChupiPark, PekePark y ChiquiPark surgieron como setas en cada barrio de las ciudades y se desató la locura de lo que yo llamo los «cumples fashion».

Hoy en día, si no tienes que llamar a Cofidis y pedir un préstamo para organizar el cumpleaños de tu hijo, parece que no lo has hecho bien. El cumple de tu niño será comentado en todos los subgrupos de WhatsApp de madres del colegio y recordado hasta que termine la ESO. Pero lo siento mucho, dentro de poco me toca celebrar el tercer cumpleaños de Mateo y no pienso gastarme el presupuesto de la comunión como hacen otros padres. Que me llamen cutre, mala madre o antigua, que me pongan verde en los grupos y que hablen de mí hasta en las tertulias de La Sexta, pero se empieza con los «cumples fashion» y se termina con unas megacomuniones que son como pequeñas bodas.

¡Ay! Tres añitos ya. Tengo al gremlin mayor que parece un hombre. Cualquier día me pide la paga y aparece con la novia en casa… Independizarse no, que eso hoy en día hasta los cuarenta nada, pero a mí estos tres años se me han pasado volando. Guillermo me llama exagerada y me trata un poco de loca, pero yo no lo puedo evitar y casi me pongo a llorar el otro día recordando su primer cumpleaños. Es que no sé por qué, pero el primero hace muchísima ilusión. En el

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