Culpables por la literatura by Germán Labrador Méndez

Culpables por la literatura by Germán Labrador Méndez

autor:Germán Labrador Méndez [Labrador Méndez, Germán]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Crítica y teoría literaria
editor: ePubLibre
publicado: 2017-05-31T16:00:00+00:00


Fig. 22. Las investigaciones del poeta Fernando Merlo lo llevaron hacia la poesía del Magreb (Fez, Marruecos, 1973 en Merlo, 2004, p. 159).

Fig. 23. En la portada de sus obras completas, Fernando Merlo mira frontalmente a sus contemporáneos, igual que cuando vivía (Merlo, 1983, portada).

Fig. 24. Cuando el poeta, artista y músico Pepe Sales supo que era seropositivo, cosió una cruz de esparadrapo sobre su corazón (Martorell y Pla, 2007, 0:08:24).

POETAS Y MALEANTES

Bajo la advocación de Mercurio, su planeta, [Antonio Zaya] estuvo tres veces a la sombra / a pesar de su culto a la pereza, al aburrimiento y la risa, dedica más de ocho horas a la escritura […] / de alguna manera su poesía representa una nueva forma de delincuencia (Zaya, 1974b, p. 72).

Valga una última consideración, a propósito de la supervivencia económica de la bohemia transicional. Una de las funciones propias y fundamentales de toda contracultura, lo que Bourdieu llama la «sociedad de los artistas», es proporcionar reconocimiento a sus miembros mientras sus identidades y prácticas no son comprendidas fuera de su círculo (1992, p. 95). La fabricación de una identidad artística («el arte de vivir que está inventando») es, en primer término, un proceso endogámico: sus modos de conducirse son opacos para quien se encuentre más allá de su círculo inmediato, que tenderá a leer sus códigos desde otras construcciones discursivas disponibles. Por ese proceso, por ejemplo, el término quinqui pasa de emplearse exclusivamente para aludir a los vendedores de quincalla de origen nómada pero de etnia no gitana, a mediados de los años sesenta, hasta englobar potencialmente a cualquier joven marginal quince años más tarde (Labrador, 2015a). Otro tanto pero en un sentido inverso, de acumulación de capital social, puede afirmarse a propósito de la evolución de las identidades bohemias de finales de los años sesenta —las de Julio Antonio Gómez o Antonio Maenza, por ejemplo— en relación con el reconocimiento que, años después, recibirá la identidad del artista moderno en el Madrid de Tierno (aunque gentes como Gómez o Maenza se hubieran quedado por el camino). Del mismo modo que a uno lo detenían antes, de pronto lo sacaban por la televisión: a ese cambio lo llamamos Movida.

A comienzos de los años ochenta, con la entrada de los socialistas en las instituciones, la contracultura comenzará un proceso de descapitalización, no solo por el reconocimiento que van a obtener algunas de sus manifestaciones, sino también por la desestructuración correlativa del espacio social que la hizo posible. Cabría preguntarse entonces cuáles fueron los artistas mediadores capaces de traducir en un formato digerible las formas propias del underground como para hacerlas asimilables en otros espacios —los programas culturales de la televisión, los museos, la programación de los ayuntamientos— pero, al mismo tiempo, capaces de mantenerlas en tensión lo suficientemente todavía como para que pueda hacerse visible su autenticidad. Sor Estiércol puesta de LSD cocinando tartas y autolesionándose en la formidable Entre tinieblas de Almodóvar (1983) era aún una escena escandalosa y movilizadora por más que ya pudiera



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.