Cuéntame cómo sucedió… 2 by Erika Jennel

Cuéntame cómo sucedió… 2 by Erika Jennel

autor:Erika Jennel
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Relato, Romántico
publicado: 2019-04-13T05:00:00+00:00


―Ya te diré, ya ― reí con él ―, primero tengo que habituarme a todo esto.

Estuvimos como un par de horas charlando y riendo como un par de amigos. Sam era encantador y muy educado y la verdad era que me llamaba mucho la atención.

Nos intercambiamos los números de móvil y quedamos en salir una noche los dos de fiesta y contarnos todas las penas.

Volví a casa bien cerrada la tarde, me había parado a comprar algo de comida rápida por el camino y cené tras darme una larga ducha. Seguía triste, olvidar todo lo que había vivido con Nelson no iba a ser fácil pero el dolor de la traición lo haría posible.

Me puse un pijama cómodo y me tumbé en la cama con la tablet. Abrí Facebook para subir algunos de los selfies que me había hecho por el camino y la curiosidad pudo conmigo, así que entré y miré el perfil de Nelson.

Las lágrimas cayeron por mis mejillas cuando vi que había cambiado su foto de perfil y ahora era una de él con la chica por la que me había abandonado. Algo dentro de mí se rompió, me limpié la cara a manotazos, enfadada conmigo misma por llorar por semejante idiota después de haberse cargado lo que teníamos, aunque parecía ser que lo único que tuvimos fue una falsa y que yo era la que se engañaba y se montaba su propio cuento en la cabeza.

En ese momento sonó una notificación en el móvil y por una parte deseé que fuera Nelson pidiéndome una oportunidad.

“No puedes ser más idiota, Marta, ¿eso es lo que te valoras?”, pensé llena de rabia de nuevo.

Abrí el WhatsApp y vi que era un número desconocido.

“Hola, soy Sam. Ya te tengo en mis contactos, espero que no me bloquees cuando te des cuenta de lo pesado que puedo llegar a ser.”

Aunque seguía llorando, sonreí al leer el mensaje, agregué su número y le contesté.

“Tal vez seas tú quien me bloquee, recuerda que soy la que está con la depresión.”

“No digas eso ni en broma, Marta, no quiero verte mal. “Moléstame” las veces que te hagan falta, a la hora que sea, para contarme lo que sea, pero no quiero que te sientas triste o sola en ningún momento.”

“Te lo agradezco, Sam, pero podré con esto, no te preocupes.”

“Seguro que era un idiota para dejarte de esa manera.”

Era un cumplido y yo lo sabía, pero me había encantado que me dijera eso. Así que le escribí intentando quitarle importancia a sus palabras.

“Creo que me tienes en demasiada estima.”

“Todo se verá, Marta.”

Me quedé mirando la pantalla pero no decía nada más, fruncí el ceño porque no había entendido el comentario, pero viendo mis últimos estados de ánimos, seguramente sería cosa mía no entender la mayoría de las cosas. Mejor sería despedirme de él.

“Buenas noches, que descanses.”

“Nos vemos pronto.”

Ojalá, pensé, porque era un chico encantador pero… Volví a pensar en Nelson y, enfadada, cerré los ojos. A este paso iba a tener pesadillas con él.



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