Crónica de Dalkey by Flann O'Brien

Crónica de Dalkey by Flann O'Brien

autor:Flann O'Brien [O'Brien, Flann]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Narrativa, Costumbrista
ISBN: 9788493557812
editor: Nórdica Libros
publicado: 2011-03-09T23:00:00+00:00


Capítulo XII

El suelo de ese cubículo que era la cabeza de Mick, que a él le gustaba llamar «cuarto de invitados», estaba cada vez más sucio y desordenado. O dicho de otro modo, si esta metáfora resulta más apropiada, parecía que varias mareas estaban llegando simultáneamente a la misma costa. De algún modo los asuntos habían cambiado y sentía que ahora debía volver a colocar en su debido orden todos los problemas, según habían surgido y se habían afianzado en su cabeza; debía pensar en qué secuencia tenían que abordarse y cómo debía aceptar los resultados. Antes, debemos reconocer que el episodio del padre Cobble, tonto e inútil, como resultó llegado el momento, había despejado la inquietud sobre el plan de De Selby para la difusión de su veneno. El uso de la oficina de correos supuso una verdadera desilusión, teniendo en cuenta la grandiosidad de la amenaza, pero borró por completo este asunto de la lista de cosas que Mick tenía que hacer; además, resultó útil para hacerle recordar que una mente portentosa en ingenuidad también tenía sus patéticas simplezas. Así que, aquí está la lista de los imponderables, tal y como la preparó mentalmente, a los que parecía tener que hacer frente:

Tenía que robarle el barril a De Selby lo antes posible, con la cooperación del sargento Fottrell.

Al acabar 1) prepararía una cita falsa con De Selby en el hotel Colza y, acordándolo de antemano con Hackett, le entretendrían allí mientras él, Mick, y el sargento desvalijaban su casa.

Al acabar 2) tendría que fijar una cita alrededor de las 21:00, y mientras tanto debía ver a Hackett, intentando no olvidarse de mantener informado al sargento Fottrell.

Tendría que idear, con más tiempo, un método para asegurar que De Selby no reanudara la fabricación o la producción de su mortífero PMD, ya que un remedio provisional a la horrible amenaza no era una solución en absoluto. Al mismo tiempo su conciencia cristiana simplemente le prohibía asesinar a De Selby.

La investigación sobre el estado de James Joyce en Skerries era una necesidad urgente tanto para la gran honra de su virginal Mary como para su ascenso a celebridad; pero ¿amaba a Mary tanto y tan profundamente como se había autoconvencido de que lo hacía? ¿Le despreciaba ella en secreto?

Asumiendo que encontrara a Joyce y se ganara su confianza, ¿podrían los contratiempos de 4) resolverse juntando a De Selby y a Joyce, induciéndoles a los dos a que entregaran sus importantes cerebros en deliberación para algún oscuro proyecto literario, complicado e incomprensible, que terminaría con la publicación de un libro que en general sería ignorado y por lo tanto no supondría ninguna amenaza para la cordura general? ¿Le gustaría Joyce a De Selby? ¿Y viceversa? ¿Aceptaría un loco una locura diferente, en reciprocidad? ¿Cabría la posibilidad de que la conjunción de los dos pudiera dar a luz algo más terrible incluso que el PMD? (Todo esto era sin duda alguna un rompecabezas muy abrumador).

¿Estaba perdiendo de vista el significado, cada vez mayor,



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