Conversaciones con Dios III by Neale Donald Walsch

Conversaciones con Dios III by Neale Donald Walsch

autor:Neale Donald Walsch
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Espiritualidad
publicado: 1997-12-31T23:00:00+00:00


Capítulo 12

Estoy lleno de admiración y reverencia al leer esas palabras. Gracias por estar aquí conmigo de esta manera. Gracias por estar aquí con todos nosotros. Millones de personas han leído las palabras en estos diálogos y millones más las leerán. Estamos inmensamente dotados al venir Tú a nuestros corazones.

Mis seres queridos, siempre he estado en sus corazones. Me da gusto que ahora puedan sentir en realidad que estoy allí.

Siempre he estado con ustedes, nunca los he dejado. Soy ustedes y ustedes son Yo y Nosotros nunca nos separaremos, jamás, porque eso no es posible.

Sin embargo, algunos días me siento terriblemente solo. En algunos momentos, siento que peleo esta batalla solo.

Eso es porque, Me has dejado, hijo mío. Abandonaste tu consciencia de Mí. No obstante, si hay conocimiento sobre Mí, nunca puedes estar solo.

¿Cómo puedo conservar mi conocimiento?

Lleva a otros tu conocimiento. No convirtiendo, sino mediante el ejemplo. Sé la fuente del amor que Yo Soy en las vidas de todos los demás. Porque lo que les des a los demás, te lo darás a ti. Porque sólo hay Uno de Nosotros.

Gracias. Sí, Tú me has dado ese indicio anteriormente. Ser la fuente. Dijiste que cualquier cosa que desee experimentar en mí, sea la fuente de ello en la vida de los demás.

Sí. Éste es el gran secreto. Ésta es la sabiduría sagrada. Haz a los demás lo que harías para ti.

Todos sus problemas, todos sus conflictos, todas sus dificultades al crear una vida en su planeta de paz y de alegría están basados en su fracaso para comprender esta instrucción simple y seguirla.

Lo comprendo. Una vez más, Tú lo haz dicho tan evidente y claramente, que lo comprendo. Trataré de no volver a «perderlo» nunca.

No puedes «perder» eso que das. Recuérdalo siempre.

Gracias. ¿Puedo hacerte algunas preguntas más sobre el alma?

Tengo un comentario general más que hacer sobre la vida, como la estás viviendo.

Por favor.

Acabas de decir que en ocasiones sientes como si pelearas solo esta batalla.

Sí.

¿Qué batalla?

Fue una forma de hablar.

No lo creo. Creo que fue un indicador real de lo que tú (y muchas personas) piensan de la vida.

Tienes en la cabeza la idea de que es una «batalla», que hay alguna clase de lucha aquí.

En ocasiones me ha parecido así.

No es de esa manera inherentemente y no tiene que parecer de esa manera, nunca.

Perdóname, pero me resulta difícil creerlo.

Exactamente por ese motivo, ésta no ha sido tu realidad; porque harás real, lo que creas que es real. Te diré esto: nunca tuve la intención de que su vida fuera una lucha y no tiene que serlo, ni ahora ni nunca.

Te he dado las herramientas para crear la realidad más grandiosa. Simplemente, elegiste no usarlas o para ser más preciso, las has utilizado mal.

A las herramientas a las que me refiero aquí son las tres herramientas de la creación. En nuestro diálogo actual hemos hablado bastante sobre ellas. ¿Sabes cuales son?

Pensamiento, palabra y obra.

Bien, lo recordaste. En una ocasión inspiré a Mildred Hinckley, una maestra espiritual Mía, para que dijera: «Ustedes nacieron con el poder creativo del universo en la punta de la lengua».



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