Claro de luna by Elizabeth Santiago & Cecilia Molinari

Claro de luna by Elizabeth Santiago & Cecilia Molinari

autor:Elizabeth Santiago & Cecilia Molinari
La lengua: eng
Format: epub
ISBN: 9781643796789
editor: Lee & Low Books
publicado: 2023-02-17T17:31:22+00:00


—Cuatro, tengo que hablar contigo —dijo Alex, irrumpiendo en el cuarto de Ty sin golpear a la puerta.

—Ay —saltó Ty. Eran sólo las nueve de la mañana, pero por suerte ella había terminado de vestirse y se estaba apartando el pelo de la cara —. ¿Por qué intentas asustarme así?

—Lo siento —Alex se dio vuelta y cerró la puerta en silencio. Ya estaba vestido con jeans y camiseta, el moretón de la mejilla casi invisible.

—Hablé con Eddie a última hora de la noche o primera hora de la mañana, como quieras verlo, y me dijo que no estoy seguro aquí.

Ty observó a Alex mientras empezaba a caminar de un lado a otro en el cuarto.

—¿Qué? —dijo Ty —. ¿Por qué? ¿Jayden?

Alex asintió.

—Eddie me dijo que todos han estado hablando de vengarse de mí por lo que hice. Ty, ahora me siento como un blanco andante.

—No —dijo Ty, un poco demasiado alto, y luego bajó la voz —. Tenemos que hacer algo. ¿Qué tal si llamamos a la policía o vuelves a casa de papá? —Odiaba tener que hacer esa sugerencia, pero “¿qué otra posibilidad queda?”, se preguntó,

—¿Qué va a hacer la policía? No, ya llamé a papá y le dije que pase a recogerme cuando salga del trabajo. Mañana, iremos directo al funeral, luego volveré con él.

—Odio esto —dijo Ty —. No puedes esconderte el resto de tu vida. Además —Ty empezó a atragantarse —, se supone que tienes que estar aquí conmigo. —Se dio la vuelta para esconderle sus lágrimas, pero él las vio.

—Quiero estar aquí, Ty —susurró —, pero… —Se detuvo y respiró profundamente —. Saldremos bien de esto. Pasemos primero por el funeral, luego podemos pensar en algo.

Alex siempre intentaba ser positivo, pero Ty no podía entender cómo podía serlo ahora.

—¿Qué vas a hacer hoy? —preguntó Ty, componiéndose.

Alex se encogió de hombros.

—Pasar desapercibido. Quedarme dentro hasta que llegue papá, y luego irme tan rápido como pueda.

—¿Eddie te dijo algo más? —Ty no pudo evitar preguntar —. ¿Te dio algún consejo o te dijo lo que debías evitar?

—Nah, porque le dije de todo —compartió Alex —. Todo esto es su culpa, ¿sabes?

Ty asintió. Era todo lo que podía hacer por ahora, aunque su mente iba a toda velocidad. Alex tenía razón. Esto era culpa de Eddie, pero Ty no podía enojarse con él. Se sentía como si todos ellos fueran forzados a una especie de juego loco como Survivor. Tenía que haber algo más que pudieran hacer.

J

La familia Pérez era una imagen sombría. Esmeralda y sus hijos estaban sentados en silencio en la sala de estar, todos absortos en sus propios pensamientos. Incluso Luis estaba inusualmente quieto junto a Ty, dejando que ella le acariciara el pelo. El timbre de la puerta sonó y todos saltaron para atenderla, pero Luis fue el más rápido. Cuando la abrió, allí estaban el tío Benny y Milagros.

—Hola —dijo Benny. Había traído café y rosquillas para todos, que Esmeralda dejó que colocara en la mesita de sala.



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