Cerúleo by Anna Kyss

autor:Anna Kyss [Kyss, Anna]
La lengua: eng
Format: epub
Tags: Fantasy
editor: Kyss Publishing
publicado: 2015-04-15T00:00:00+00:00

El barco rebulle con la actividad. Jesse desapareció durante horas. Por fin aparece, pingando y con aspecto cansado, y avisa de que el mantenimiento de la embarcación está completo. Danny se pasó la tarde enseñándome la jerga naval y practico las nuevas palabras que he aprendido intentando grabarlas en mi memoria. Capitán agarra el timón con firmeza mientras examina las cartas náuticas. Danny usa la driza para ajustar la vela mayor. Sydney hace uso de unos prismáticos para escanear los mares. Todos tienen trabajo que hacer. Todos menos yo.

—¡Ahí está el flotador! A estribor, cincuenta yardas enfrente —grita Sydney.

—Ah, afortunadamente hoy tenemos barlovento —responde Capitán—. Jesse, prepara el ancla.

—Voy a ayudarte, Jesse —grita Danny, que baja las velas y corre hacia la herrumbrosa ancla.

Mientras la tripulación se centra en una zona específica del agua, me dirijo a un lado para observar. Surgen más preguntas. ¿Qué hace su barco aquí? ¿Con qué propósito? No he visto a nadie buscando alimentos. Tras haber observado las tareas del grupo en las últimas horas, está claro que el viaje tampoco es por placer.

Quiero interrogar a Capitán, pero me detengo. Bajo las aguas este tipo de preguntas están prohibidas. La Comisión considera que formular estas preguntas es una forma de insubordinación. En vez de respuestas, uno recibe infracciones, consecuencias y mayor supervisión. Capitán afirma que cree en un modelo de consenso, pero no puedo arriesgarme a provocar su enfado. ¿Y si me devuelve a las aguas? ¿Cómo podría sobrevivir ahora que me he arrancado la Piel, cuando me he alienado de mi Pareja?

Quizás cuando llegue a Tierra… pueda revisar en silencio la creciente lista de preguntas.

—¡Bajad el ancla! —dice Capitán. Jesse y Danny trabajan juntos para arrojar el pesado pedazo de metal a las aguas y el bote se detiene lentamente—. Buen trabajo. —Capitán deja el timón y observa el agua desde el lateral del barco.

Una gran plataforma de plástico va a la deriva sobre la Superficie. El flotador amarillo, lo suficientemente grande como para que nos sentemos los cinco sobre él, sube y baja con las olas.

—Vacío de nuevo —dice Sydney.

—Eso es bueno. Es lo que esperábamos encontrar. —Capitán vuelve al timón—. Misión cumplida. Esta noche toca celebrarlo.

Danny y Sydney elevan el ancla y el barco comienza a moverse de nuevo. Jesse se dirige a mi lado del navío.

—Solo una noche más en el mar. Mañana estaremos en casa.

Capitán vuelve al timón. Empiezan a surgir las preguntas.

—¿Para qué sirve esa plataforma? ¿Qué se supone que debería haber ahí?

Jesse no dice nada durante largo rato.

—Bueno…, eh, nosotros…

—¡Jesse! —Capitán le fulmina con la mirada desde el otro lado del barco.

—Creo que no te lo puedo contar. Lo siento. —Jesse mira a la parte frontal del barco, donde Capitán lleva el timón—. Debe de ser difícil abandonar tu hogar. Me siento responsable de tus heridas.

Toco la venda y me encojo de dolor. La herida aún me duele, aunque se está curando.

—No habría sobrevivido bajo el agua de todas formas. Muchos no lo hacen.

Jesse abre mucho los ojos.

—¿Qué sucede?

—Cometen lo Innombrable.

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