Cazadores de trolls by Guillermo del Toro & Daniel Kraus

Cazadores de trolls by Guillermo del Toro & Daniel Kraus

autor:Guillermo del Toro & Daniel Kraus [Toro, Guillermo del & Kraus, Daniel]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Fantástico, Ciencia ficción, Juvenil, Novela
publicado: 2016-01-15T23:00:00+00:00


22.

Los barrios de las afueras ahora me parecían vulnerables. Las casas estaban construidas con paredes endebles, y no con sólida piedra; los vallados de madera resultaban ridículos a la hora de proteger una parcela de tierra; los buzones decorados y los macizos de flores invitaban al vandalismo porque sí. Cada idéntica hilera de casas llevaba a pensar en una fila de huevos a la espera de ser pisoteados.

Estábamos tumbados de bruces, descansando sobre nuestros codos entre los arbustos de un jardín trasero. ¡¡¡ARRRGH!!! se había camuflado al revés, irguiéndose cuan larga era para que la confundieran con un árbol. A quince metros de distancia había una casa pintada de color rosado claro. Yo no hacía más que forzar la vista para tratar de detectar la presencia de trolls entre los macizos de flores, las herramientas de jardinería tiradas por el suelo, el oscilante columpio del porche, la serpenteante manguera para el agua.

—Allí —dijo Jack—. Allí. Allí. Allí. Allí.

Necesité varios minutos para ver a los Nullhullers. Escondidos entre las sombras y envueltos en unas ajadas guerreras grisáceas, eran del tamaño de monos y sus brazos y piernas larguiruchos no eran adecuados para transportar sus cuerpos obesos. Tenían los ojos redondos y negros por completo, y sus narices eran oscuras y moqueantes. Lo más llamativo eran sus bocazas, tan anchas que las comisuras casi llegaban a tocarse en la parte posterior de la cabeza. Avanzaban arrastrándose, y las partes superiores de sus cráneos oscilaban arriba y abajo como tapas de contenedores de basuras.

—Maldita sea —murmuró Jack—. Veo que viene un sexto bicharraco.

—¿Y qué? ¿Es más peligroso? —pregunté.

—Esos odiosos cretinos de los Nullhullers suelen moverse en grupos de cinco —informó Ojitranco.

Otros cuatro seres obesos y de extremidades larguiruchas se unieron a los recién llegados, y de pronto fueron diez los monstruitos que no cesaban de reír y resoplar. Ocho de ellos estaban señalando una de las ventanas del primer piso, aunque me resultaba imposible comprender cómo unos seres tan gordos iban a poder escalar por la pared. A todo esto, los otros dos empezaron a garabatear en un lado de la fachada con lo que parecían ser unas tizas rojas. Trazaron un círculo, y una estrella invertida en su interior. Reconocí el símbolo de Satán, tan del gusto de los alumnos del instituto aficionados al heavy metal.

—¿Es que los Nullhullers son satanistas? —pregunté susurrando.

—No diga tonterías, por favor —me reprendió Ojitranco—. Son irlandeses. No solo eso, sino que forman una tropa tan desordenada que se sienten naturalmente atraídos por el orden en todas sus formas. De ahí que viajen en grupos de cinco y que tengan por costumbre dibujar esos símbolos tan perfectamente simétricos. En su momento descubrieron por accidente que este símbolo en particular metía el miedo en el cuerpo a los humanos que habitan en los barrios residenciales, siempre dispuestos a culpar de toda agresión a otros humanos creyentes en deidades impuras. Hay que reconocer que se trata de una añagaza ingeniosa.

Los Nullhullers parloteaban, lo que nos indicó que estaban a punto de pasar a la acción.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.