Cautiva del deseo by Cathryn de Bourgh

autor:Cathryn de Bourgh
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico, Erótico
publicado: 2014-01-07T23:00:00+00:00

Aprendiendo las delicias del amor

Agnes y Etienne se casaron el día de San Miguel y la fiesta se celebró como si nada malo hubiera pasado. La joven estaba rozagante y hermosa y Etienne besó sus labios, embelesado y ella sonrió feliz.

Hubo un banquete, bailes y charadas, pero él deseaba dejar todo y retirarse a sus aposentos y disfrutar su premio.

Una doncella la ayudó a quitarse el vestido y el complicado peinado. Agnes temblaba cuando él entró en la habitación.

Sabía que ocurriría, lo vio en sus ojos, no podría escapar y tenía miedo…

Él se acercó lentamente sin dejar de mirarla. Tenía algo en su mano, una copa, se la tendió para que bebiera.

—¿Qué es?—preguntó ella.

—Vino, es para que te sientas mejor Agnes. Estás asustada.

No era una pregunta, era una afirmación. Sus miradas se unieron y ella bebió de la copa sin saber que contenía un filtro amoroso capaz de enloquecer a la dama más fría… Se lo había conseguido su fiel amigo Jean y él no creyó que fuera efectivo pero decidió arriesgarse.

Agnes notó que ese vino sabía extraño pero lo bebió tan rápido que no tuvo tiempo de preguntarlo.

El conversó con ella para que no se sintiera tan tensa mientras esperaba que el vino o el filtro tuvieran su efecto.

De pronto se vio entre sus brazos, estaba besándola, ocurriría lo que más había temido…

—No por favor—dijo ella apartándole.

Temblaba y lo miraba con terror y debió dominarse para no tenderla en ese momento, su miembro sufría una erección dolorosa, debía tenerla… Pero antes debía calmarla, no podía tenerla en ese estado.

—Tranquila preciosa, no te haré daño, no temas… Pero sabes que debes ser mi esposa esta noche, no puedes negarte a mí.

Ella no respondió, solo se quedó mirándole inquieta, temerosa. Estaba semidesnudo y pudo ver su miembro a través de la calza, estaba erguido y era inmenso.

Etienne se acercó y la abrazó y le quitó el vestido y besó sus pechos con desesperación, no podía contenerse, no resistiría… La tendió en la cama y atrajo sus caderas contra su miembro y ella sintió su dureza, el roce… Algo le ocurrió entonces, debió ser el filtro pero ya no tuvo miedo y dejó que continuara, que la rodeara de tibias caricias besando sus rincones más íntimos… Etienne sintió que se perdería en la esencia de su feminidad y se volvería loco. La acarició con suavidad y hundió sus labios y su lengua húmeda se deleitó con rincón más íntimo.

Ella quiso apartarle turbada, no debía hacer eso… la asustaba.

—no temas, te gustará, quiero que estés preparada para mí—susurró.

Dejó que continuara y él supo que estaba lista para entregar su virtud y lentamente introdujo su miembro para que no fuera doloroso. Su vientre estrecho lo aprisionaba en un abrazo, cedía ante su invasión feroz y él no pudo aguantar más y aumentó el ritmo gimiendo mientras inundaba su vientre con su simiente cálido mientras gemía de placer y la apretaba contra su pecho. Ella gimió porque el dolor se había hecho insoportable y solo

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