Besos bajo la lluvia by Joana Arteaga

Besos bajo la lluvia by Joana Arteaga

autor:Joana Arteaga
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
publicado: 2017-05-06T22:00:00+00:00


Capítulo 14

Sonrisas y lágrimas

—¡Emma! —un grito con mi nombre nos saca de esa ensoñación triste en la que nos habíamos quedado atrapados y ambos miramos en dirección a la voz que me llama.

Una parte de alivio me recorre, pero también de enfado, un enfado incomprensible que me lleva a levantarme como si tuviera un resorte en mis santas posaderas. La silueta de Abril se distingue a lo lejos y la llamo para hacerle saber que estamos ahí. Ya le cantaré luego las cuarenta por interrumpir mis besos con Manu. Que una cosa es que no fuéramos a seguir y otra, muy diferente, que ella lo sepa y venga a cortarme el rollo así.

—¿Qué demonios pasa? Estoy ocupada, por si no lo ves —la reprendo señalando a Manu, que se ha quedado en un prudencial segundo plano, unos metros detrás de mí.

—Rodrigo.

Solo dice ese nombre y algo en mí se enfada aún más. Solo me faltaba que, además de estropearme mi beso, encima mandara a alguien a buscarme para tenerme controlada.

—¿Qué pasa con Rodrigo? ¿No puede dejarme en paz un rato? —la frustración y la rabia se dejan traslucir a través de mis palabras. Sé que ni a Manu ni a Abril eso se les pasa por alto.

¡Dios míos! Pero ¿qué narices me pasa? ¿Por qué me estoy comportando de esta forma tan poco racional, tan estúpida y absurda? ¿Es frustración? ¿Es el alcohol? ¿Soy yo misma que ni siquiera soy capaz de entenderme?

—Rodrigo quiere que estés presente cuando anuncie su sorpresa —la voz de Abril es firme pero triste, como si me estuviera pasando con esta actitud de mierda que estoy demostrando—. Estabas avisada y sabes que le hace ilusión. Allá tú si quieres chafársela.

Y se va. Se da media vuelta y se va, con su capa de Wonder Woman ondeando al viento. Casi corriendo, para no verme, para no volverme a responder algo de lo que quizá, luego se arrepienta. Sé que me quiere, que lo daría todo por mí, pero cuando meto la pata, no se corta en hacérmelo saber. Y la he debido de meter. No por irme con Manu, si no por pasar de lo que Rodrigo lleva preparando todo el día.

—Tiene razón —digo con un hilo de voz—. Tengo que ir…

Manu se acerca de nuevo a mí y me toma de la mano. Su porte es tan elegante, sus formas, tan delicadas… me reprendo por no poder valorar todo esto cuando es otra cosa la que está ocupando todo el espacio dentro de mi cabeza.

—Ve, por mí no te preocupes —dice con la mayor de las dulzuras—. Parece importante para él.

Y pronuncia esas palabras como si estuviera poniendo los clavos en el ataúd de lo que podríamos tener o ser él y yo. Ha asumido que no hay nada que hacer, y no sé si sentirme aliviada o darle un puñetazo en el pecho para que no dé nada por sentado. Nunca hay que dar nada por sentado.

—Yo me quedaré dando un paseo por aquí para despejarme —me despide con un beso en la mano—.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.