Éxodo by Kate Stewart

Éxodo by Kate Stewart

autor:Kate Stewart [Stewart, Kate]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Erótico, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2020-07-31T00:00:00+00:00


25

Qué te trae por aquí, Matteo? Es un poco tarde para una visita.

Corro hacia el umbral de la puerta y miro por encima del hombro de Dominic. Reviso mis pensamientos, busco y rebusco, y el pavor se apodera de mí cuando recuerdo la conversación que tuve con Sean en la primera reunión.

«Son Matteo y Andre, La Nana Española».

«¿Por qué se hacen llamar La Nana Española?».

«Échale imaginación».

Matteo me mira por encima del hombro de Dominic y sus labios se curvan en una sonrisa macabra mientras le responde.

—Trabajo.

Dominic sigue allí de pie, tieso como un junco, de espaldas a mí, con una postura amenazante y voz protectora, mientras yo me alejo de la mirada letal de Matteo.

—¿No estás jugando en el campo equivocado? —le pregunta Dominic.

—Eso al dinero no le importa.

—Lárgate de una puta vez y que no te vuelva a pillar fuera de Florida si no quieres que la cosa acabe mal.

—¿Te la estabas tirando? —pregunta Matteo, burlándose de la amenaza de Dom—. Había pensado en probarla yo. —Dominic lo mira con mirada asesina mientras el otro vuelve a hablar, disfrutando descaradamente—. Sí que debe de tener un buen coño.

Matteo debe de pesar unos ciento cuarenta kilos, principalmente de músculo, tiene el pelo tan grasiento como la ropa y sus anchas fosas nasales se dilatan mientras me mira de una forma que me revuelve el estómago.

Entonces, saca un cuchillo. Un cuchillo de caza de al menos veinte centímetros. Presa del pánico, me doy la vuelta y busco en mi habitación algo con lo que defenderme, pero no encuentro nada. Salgo al rellano detrás de Dominic y él se dirige a mí.

—Cecelia, cariño, métete en la habitación ahora mismo.

La puerta del otro lado del pasillo se abre y aparece Tobias con un arma en la mano, similar a la que Dominic ha tirado. Se acerca mirándome de arriba abajo, aliviado, antes de girarse hacia Dominic.

—¿Qué pasa, hermano?

—Todo controlado —responde este, con sequedad—. Hablando de hermanos, Matteo. ¿Dónde has dejado al tuyo esta noche?

—Ya lo conoces, seguramente estará de fiesta —contesta Matteo, encogiéndose de hombros.

—En realidad está ahí, descansando —dice Tobias, señalando hacia atrás con la barbilla—. Deberías unirte a él.

Miro por encima del hombro de Tobias y él sacude sutilmente la barbilla. Yo controlo mi expresión.

«Ni se te ocurra reaccionar».

No hay nadie en esa habitación, lo que significa que la otra mitad de La Nana Española, es decir, Andre, se encuentra en algún lugar de la casa. ¿Habrán estado aquí todo el rato?

Justo en el momento en el que esa idea se me pasa por la cabeza, Tobias deja de mirarme y abre los ojos de par en par, levantando el arma para apuntar por encima de mi hombro.

—Ven aquí —me ordena con firmeza.

Yo salgo de inmediato al rellano que hay entre las dos puertas. Tobias me hace un gesto con la barbilla para que retroceda un poco más y me pego a la pared mientras Andre aparece en el umbral de la puerta del dormitorio, justo donde yo estaba. Lleva en la mano un cuchillo parecido al de Matteo.



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