Aprendiendo a confiar by Christine Rimmer

Aprendiendo a confiar by Christine Rimmer

autor:Christine Rimmer
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Romántico, Novela
publicado: 2006-02-28T23:00:00+00:00


Capítulo 10

El entusiasmo de Celia era contagioso, pero Cleo creía que era demasiado pronto para llamar amor a lo que sentía por Fletcher. Prefería no ponerle nombre aún.

Prefería dejarse llevar y ver adonde les llevaba. No era el tipo de hombre con el que se había imaginado fundando una familia, pero no podía negar que sentía muchas cosas por él.

Así que decidió vivir el día a día, sin preocuparse, lo cual era todo un logro para una mujer como ella, a la que le gustaba siempre saber hacia dónde iba su vida.

Pasó cada rato libre con él y cada noche en su cama. Una semana después, ya tenía la mitad de su ropa en el apartamento de Fletcher. Era mucho más cómodo usar su ático. Los dos tenían trabajos muy exigentes y siempre les faltaban horas a los días. No quería tener que perder el tiempo yendo y viniendo a su casa.

Él le cedió la mitad de su vestidor, varios cajones de la cómoda y otras tantas repisas del zapatero.

—Tráetelo todo —le sugirió él—. Tengo sitio de sobra. Y si eso hace que estés aquí con nosotros más tiempo, mucho mejor.

Los tres comenzaron a participar de una rutina diaria. Desayunaban juntos y Cleo acompañaba a Ashlyn a la escuela. Las noches que no salían, cenaban los tres juntos en casa.

Las cosas iban bien y Cleo estaba contenta. Fletcher y Ashlyn también parecían felices. Pero ella no creía que fuera a durar para siempre. Pero mientras durara, estaba disfrutando como nunca. La única sombra era el misterio de Belinda, quería saber qué había pasado con su matrimonio, quería saber qué era lo que había ido tan mal para que dejara no sólo a su mujer sino también a su hija durante tres años.

Pero no sacó el tema, lo haría más adelante. En caso de que siguieran juntos.

Al siguiente viernes, ocho días después de que empezaran a ser amantes, Cleo y Ashlyn bajaban a la escuela cuando la niña la tiró del brazo.

Cleo le sonrió y la niña no le devolvió la sonrisa.

—Mi mamá era alta como tú. Y muy guapa. Se murió. No la recuerdo muy bien, creo que era buena. Hasta que papá vino a buscarme yo vivía con los abuelos.

Cleo se quedó de piedra.

—Ven. Vamos a sentarnos.

—Pero tenemos que ir al cole.

—Sólo será un momento.

Se sentaron en un banco. Cleo se sentía un poco mal, intentando sacarle a la niña la información que Fletcher no quería darle. Por otro lado, pensó que Ashlyn podía necesitar hablar de ello.

—¿Quieres hablar de tu mamá?

—No, sólo quiero ir al cole.

—Muy bien. Iremos a la escuela.

—Vamos —dijo la niña saltando del banco con entusiasmo.

Iban camino de la escuela de nuevo cuando la niña volvió a hablarle.

—Cleo, ¿dónde está tu mamá?

—Mi mamá también murió, pero cuando yo ya era mayor.

—¿La echas de menos?

—Sí.

—¿Y tu papá?

—El vive, pero no lo veo mucho.

—Dile que venga a mi casa, le leeré un libro. Seguro que le gusta.

—Muy bien —repuso Cleo.

Esa noche, después de hacer el amor, Cleo le dijo a Fletcher lo que Ashlyn le había dicho sobre Belinda.



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