Apolo 11 by Eduardo García Llama

Apolo 11 by Eduardo García Llama

autor:Eduardo García Llama [García Llama, Eduardo]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 2019-05-31T16:00:00+00:00


Soy, y siempre seré, un ingeniero empollón con protector de bolsillo y calcetines blancos.

NEIL ARMSTRONG

National Press Club, 2000

14

Circularización de la órbita lunar

Una luz en Aristarco

El idilio no podía sino verse llamado a tener un pronto final, puesto que vislumbrar la Tierra suponía también restablecer las comunicaciones. —Deberíamos tener el AOS ahora— interrumpió Neil, una vez más en su tarea de mantener centrada a la tropa.

El contacto desde Houston no se hizo esperar. Bruce McCandless se dirigió a la tripulación tan pronto como se recibió la señal portadora de la nave a través del complejo de la red de espacio profundo en Madrid, donde la telemetría indicaba que la tripulación estaba manipulando la orientación de la antena de alta ganancia para establecer el enlace.

Tras la aparición de la nave, el único preámbulo al informe verbal que ofreció Armstrong sobre la maniobra estuvo dedicado a asegurar que la comunicación era idónea, dándose en un tono lineal del que no se podría deducir que algo tan relevante como el LOI-1 se hubiera producido. El comandante ofreció el pertinente informe verbal y McCandless los confortó seguidamente al decirles que una inspección preliminar de los datos de salud más relevantes que se estaban recibiendo de la nave indicaba que todo parecía estar en orden.

El conjunto CSM/LM se movía sobre la superficie lunar de este a oeste a lo largo de un rumbo muy próximo al ecuador, que coincidía prácticamente con el que Armstrong y Aldrin volarían en su histórico descenso a la superficie al día siguiente.

—El Apolo 11 está teniendo su primera vista de la aproximación al alunizaje. En este momento estamos pasando por el cráter Taruntius —comenzó apuntando Armstrong, que proseguiría narrando la sucesión de accidentes relevantes del terreno en el contexto de la trayectoria de descenso.

Ninguno de los dos perdió esa primera oportunidad para reconocer de primera mano los numerosos detalles y accidentes lunares que constituirían sus referencias visuales en el plan de vuelo y que habían memorizado a partir de las fotografías tomadas por las sondas Ranger, Lunar Orbiter y Surveyor, y especialmente de las conseguidas por los Apolos 8 y 10.

A Taruntius lo siguieron los dos cráteres Messier en el mar de la Fertilidad, Secchi y el monte Marilyn. Este último estaba situado aproximadamente bajo el punto en el que, al día siguiente, Armstrong y Aldrin encenderían el motor del módulo lunar con el que comenzaría el descenso propulsado a la superficie. Cuando Armstrong pronunció su nombre provocó una sonrisa en Jim Lovell, presente en el MOCR, quien lo bautizó así en honor de su esposa durante su vuelo como piloto del módulo de mando en el Apolo 8. Ya de lleno en el mar de la Tranquilidad, ahí estaban perfectamente reconocibles los pequeños montes Boot Hill y Duke Island, llamado así este último en honor a Charlie Duke, seguidos por los cráteres Maskelyne y la rima Sidewinder. El lugar de alunizaje no era claramente visible aún en este primer sobrevuelo, puesto que se encontraba lindando apenas con el terminador lunar, pero situándose en el lado oscuro.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.