Todo Cuanto Amé by Siri Hustvedt

Todo Cuanto Amé by Siri Hustvedt

autor:Siri Hustvedt
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Drama
editor: Anagrama


¿POR QUÉ HAS ASISTIDO A ESTE ACONTECIMIENTO? LA ESCENA RAVE NO TIENE QUE VER TAN SÓLO CON EL TECHNO. NO SE TRATA SÓLO DE DROGAS. ESTA ESCENA NO ES UNA SIMPLE CUESTIÓN DE MODAS. ES ALGO ESPECIAL QUE ESTÁ RELACIONADO CON LA UNIDAD Y LA FELICIDAD, CON EL HECHO DE SER TÚ MISMO Y DE QUE TE QUIERAN TAL Y COMO ERES. DEBERÍA SER UN PUERTO EN EL QUE REFUGIARSE DE ESTA SOCIEDAD. AHORA MISMO, SIN EMBARGO, NUESTRA ESCENA SE ESTÁ DESINTEGRANDO. EN NUESTRA ESCENA NO NECESITAMOS NI FACHADAS NI ACTITUDES. EL MUNDO EXTERIOR YA ES LO BASTANTE DURO. ABRID VUESTROS CORAZONES Y DEJAD FLUIR VUESTROS BUENOS SENTIMIENTOS. MIRAD A VUESTRO ALREDEDOR, ESCOGED A UNA PERSONA, PREGUNTADLE SU NOMBRE Y HACED UNA NUEVA AMISTAD. ELIMINAD LAS FRONTERAS, ABRID VUESTROS CORAZONES Y VUESTRAS MENTES. ¡RAVERS, UNÍOS Y MANTENED VIVA NUESTRA ESCENA!

En torno al texto, el anónimo autor había aprovechado los bordes del papel para escribir a mano pequeños eslóganes: «¡Sé auténtico!» «¡Sé tú mismo!» «¡Sé feliz!» «¡Abrazos colectivos!» «¡Sois maravillosos!»

Aquel folleto, con su tosco idealismo, tenía algo de patético, pero los sentimientos que expresaba eran sin duda alguna puros. El texto me hizo pensar en los «hijos de las flores», convertidos desde largo tiempo atrás en adultos. Yo había sido demasiado viejo incluso en los sesenta como para pensar que la «eliminación de fronteras» pudiera tener demasiada utilidad para este mundo. Tras devolver cuidadosamente el folleto a su lugar desvié la mirada de la mesa y la deposité sobre la acuarela de Matt. Convendría quitarle el polvo, pensé. A continuación, atisbé por la ventana del apartamento de Dave y examiné la figura del anciano durante un par de minutos mientras me preguntaba cómo habría sido Matthew con dieciséis años. ¿Habría asistido también a raves? ¿Se habría teñido el pelo de verde o de rosa o de azul? Horas después de salir de su habitación recordé que había pensado en quitarle el polvo a la acuarela, pero para entonces carecía ya de la energía necesaria para regresar a la caótica estancia, con su mugre, sus llamativos carteles y su breve y tragicómico manifiesto.

Los últimos días de mi convivencia con Mark se vieron deslucidos por una aguda congoja que me invadía nada más salir él de la casa pero que quedaba instantáneamente disipada tan pronto como le veía de nuevo. Había comenzado a pensar que la presencia física de Mark tenía unas propiedades cuasi mágicas. Cuando le miraba, siempre le creía. Ante la franca sinceridad que traslucía su semblante se desvanecían todas mis dudas, pero cuando desaparecía de mi vista volvía a experimentar la misma ansiedad sorda que antes me embargara. El viernes por la tarde, cuando salió del cuarto baño, advertí en su cuello y en su pálido semblante la presencia de un reflejo verdoso.

—Me tienes preocupado, Mark. Te estás agotando. Creo que te haría bien quedarte una noche tranquilo en casa.

—Estoy perfectamente. Sólo voy a dar una vuelta por ahí con mis amigos —dijo Mark, a la vez que me daba unas palmaditas tranquilizadoras en el brazo—.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.