Violetas De Marzo(c.C1) by Philip Kerr

Violetas De Marzo(c.C1) by Philip Kerr

autor:Philip Kerr
La lengua: es
Format: mobi
Tags: det_history
ISBN: 9788498677287
editor: RBA Libros, S.A.
publicado: 2006-12-31T23:00:00+00:00


12

Era ya casi de día cuando llegué de vuelta a mi apartamento. La brigada de limpieza estaba muy atareada en las calles, borrando las pintadas nocturnas del Partido Comunista —«El Frente Rojo vencerá» y «Larga vida a Thaelman y Torgler»— antes de que la ciudad se despertara al nuevo día.

Sólo había dormido un par de horas cuando el sonido de las sirenas y los pitidos me arrancaron violentamente de mi tranquilo sueño. Era un simulacro de ataque aéreo.

Enterré la cabeza bajo la almohada y traté de no hacer caso de los golpes que el vigilante de la zona daba en la puerta, pero sabía que tendría que dar cuenta de mi ausencia más tarde, y que si no conseguía dar una explicación verificable, tendría que pagar una multa.

Treinta minutos después, cuando los silbatos y las sirenas habían hecho sonar la señal de que había pasado el peligro, no parecía tener mucho sentido volver a la cama. Así que compré un litro de leche extra al lechero de la Bolle y me preparé una enorme tortilla.

Inge llegó al despacho justo después de las nueve. Sin demasiada ceremonia se sentó al otro lado de mi escritorio y me observó mientras acababa de tomar algunas notas.

—¿Viste a tu amigo? —le pregunté después de un momento.

—Fuimos al teatro.

—¿Sí? ¿Y qué visteis?

Me di cuenta de que quería saberlo todo, incluyendo detalles que no guardaban ninguna relación con el hecho de que conociera a Paul Pfarr.

—La base Wallah. Era bastante mala, pero a Otto pareció gustarle. Insistió en pagar las entradas, así que no necesité gastar nada.

—¿Y qué hicisteis luego?

—Fuimos a la cervecería Baarz. Fue odioso. Un lugar auténticamente nazi. Todo el mundo se puso en pie y saludó cuando la radio tocó Horst Wessel y Deutschland Über Alles. Tuve que hacerlo yo también y es algo que detesto. Me hace sentirme como si estuviera llamando un taxi. Otto bebió mucho y se puso bastante charlatán. Yo bebí también bastante, en realidad, y no me siento muy fina esta mañana. —Encendió un cigarrillo—. De cualquier modo, Otto sólo conocía vagamente a Pfarr. Dice que en el DAF, era tan popular como un hurón en una conejera, y no es difícil entender por qué. Pfarr investigaba la corrupción y el fraude en el Sindicato Obrero. Como resultado de sus investigaciones, dos tesoreros del Sindicato Obrero del Transporte fueron destituidos y enviados a un campo de concentración, uno detrás de otro; el presidente del comité del taller de la Koch-Strasse, de la Ullstein, la gran empresa de imprenta, fue declarado culpable de robar fondos y ejecutado; Rolf Togotzes, cajero del Sindicato Obrero del Metal, fue enviado a Dachau... Si alguna vez hubo alguien que tuviera enemigos, ése era Paul Pfarr. Al parecer hubo muchas caras sonrientes en el departamento cuando se supo que Paul Pfarr había muerto.

—¿Alguna idea de qué estaba investigando en el momento de su muerte?

—No, por lo que parece nunca dejaba ver sus cartas. Le gustaba trabajar a través de informadores, acumulando pruebas hasta que estaba listo para presentar cargos oficialmente.



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