Ubik by Philip K. Dick

Ubik by Philip K. Dick

autor:Philip K. Dick [Dick, Philip K.]
La lengua: spa
Format: epub, mobi
Tags: Novela, Ciencia ficción
editor: ePubLibre
publicado: 1969-01-01T05:00:00+00:00


Es fundamental que me ponga en contacto con ustedes. La situación es seria y se agrava con el tiempo. Tengo varias posibles explicaciones que deberíamos discutir. Siento lo de Wendy Wright; hicimos cuanto estuvo en nuestra mano.

—Así que está al corriente de lo de Wendy —dijo Al—. Bueno, a lo mejor esto significa que ya no le ocurrirá lo mismo a ninguno de nosotros.

—Un cartón de tabaco cualquiera en una tienda cualquiera de una ciudad elegida al azar, y encontramos una nota de Glen Runciter para nosotros —reflexionó Joe—. ¿Qué contendrán los otros cartones, la misma nota? —Levantó un cartón de L&M y lo abrió: diez paquetes encima y otros diez debajo, todo perfectamente normal. ¿Normal? Al cogió otro cartón—. Ya ves que están bien —dijo Joe sacando un nuevo cartón de la mitad de la pila—; éste también está lleno. —En vez de abrirlo, sacó otro, y otro a continuación. Todos contenían paquetes de cigarrillos. Y todos los cigarrillos se desmenuzaban al simple contacto de los dedos.

—Me pregunto cómo pudo adivinar él que vendríamos aquí y que escogeríamos precisamente este cartón —dijo Al.

Todo aquello no tenía sentido y, sin embargo, allí estaban en acción las dos fuerzas contrapuestas. «La descomposición contra Runciter», pensó Al. «En todo el mundo, quizás en el universo entero. Igual se apaga el Sol y Runciter pone uno nuevo en su lugar. Si puede, claro. He aquí la cuestión: ¿hasta dónde alcanza el poder de Runciter? O mejor: ¿hasta dónde puede llegar el proceso de descomposición?».

—Probemos otra cosa —dijo, y echó a andar por el pasillo que formaban paquetes, latas y cajas, hasta llegar a la sección de electrodomésticos del supermercado. Allí, sin pensarlo un instante, se detuvo ante un valioso magnetófono de fabricación alemana—. Éste parece bueno —le dijo a Joe, que le había seguido, y cogió uno igual sin sacarlo del embalaje—. Vamos a quedarnos con él y nos lo llevamos a Nueva York.

—¿No quieres abrir la caja antes y probarlo? —preguntó Joe.

—Me parece que ya sé lo que vamos a encontrar, y es algo que no podemos comprobar aquí. —Se dirigió hacia la caja con el magnetófono bajo el brazo.

De nuevo en Runciter Asociados, Nueva York, depositaron el aparato en el taller de la empresa. Un cuarto de hora más tarde, el Jefe de taller, que lo había desmontado, les dio su informe.

—Todas las piezas móviles del mecanismo de arrastre están gastadas. El disco de goma presenta rozaduras y hay fragmentos de goma por todo el interior del aparato. No queda prácticamente nada de los frenos del sistema del rebobinado. Este aparato lleva muchos años a cuestas; para mí, lo que necesita es un repaso a fondo, incluyendo correas nuevas.

—¿Varios años de uso? —preguntó Al.

—Sí. ¿Desde cuándo lo tiene?

—Lo he comprado hoy mismo.

—Imposible —dijo el técnico—. En todo caso, le habrán vendido un…

—Sé muy bien lo que me han vendido. Lo sabía en el momento de comprarlo, antes de abrir la caja —dijo Al—. Un magnetófono nuevecito, completamente desgastado. Lo he comprado



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.