Tom Jones by Henry Fielding

Tom Jones by Henry Fielding

autor:Henry Fielding [Fielding, Henry]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Aventuras, Humor, Sátira
editor: ePubLibre
publicado: 1748-12-31T16:00:00+00:00


CAPÍTULO V

Una apología de los héroes con buen estómago, y descripción de una batalla del género amoroso.

Los héroes, a pesar del elevado concepto que, gracias a los aduladores, pueden concebir de sí mismos o bien puede la gente concebir de ellos, cuentan en su ser más de mortal que de divino. Por mucha excelsitud que haya en sus espíritus, sus cuerpos están expuestos a los peores achaques y sujetos a los menesteres más viles de la naturaleza humana. Entre estos últimos, el acto de comer, que ha sido considerado por los hombres sabios como algo sumamente bajo y derogatorio de la dignidad filosófica, tiene que ser cumplido por el príncipe más encumbrado, por el héroe, por el filósofo y la naturaleza se muestra a veces tan caprichosa, que exige a estos dignos personajes una participación en tal tarea mucho más grande que la impuesta a otras personas de categoría inferior.

Como no hay duda de que ningún habitante racional de este mundo deja de ser hombre, nadie debe avergonzarse de someterse a lo que requieran las necesidades humanas. Pero cuando esos grandes personajes tienden a que oficios tan bajos queden limitados a ellos solos, es decir, cuando acaparan o destruyen deseosos, al parecer, de impedir que otros coman, se transforman en seres despreciables.

Después de este corto prefacio, creemos que no será obrar con desprecio hacia nuestro héroe mencionar su ardor inmoderado en esta ocasión. Podría ponerse en duda el que Ulises, que dicho sea de paso parece que dispuso del mejor estómago de todos los héroes de la Odisea, disfrutó alguna vez de una comida más copiosa.

Tres libras por lo menos de aquella carne que antes había contribuido a la composición de un buey, se honró ahora en formar parte de la persona de Mr. Jones.

Nos consideramos obligados a mencionar este detalle debido a que esto explica el olvido temporal de nuestro héroe hacia su rubia compañera, la cual comía muy poco y se encontraba absorta en pensamientos de muy distinta naturaleza, los cuales pasaron inadvertidos para Jones hasta que no hubo satisfecho del todo su apetito, exacerbado por un ayuno de veinticuatro horas. Pero en cuanto concluyó la comida, su atención quedó prendida en los varios asuntos de que hablaremos ahora al lector.

Mr. Tom Jones, de cuyas dotes personales hemos hecho poca mención, era uno de los hombres más guapos del mundo. Además de reflejar salud, su rostro denotaba un temperamento afable y bondadoso. Estas cualidades eran tan visibles en su semblante, que nadie podía dejar de observarlas, mientras que la viveza de sus ojos, por ejemplo, sólo podía percibirla un observador muy sagaz.

Debido quizá a esta expresión bondadosa, y también a la finura de su cutis, su rostro poseía una delicadeza exagerada, que podía haberle dado cierto aspecto afeminado de no formar parte de un cuerpo varonil que tenía más de Hércules que de Adonis. El joven era, además, activo, gallardo, alegre y estaba dotado de tanta simpatía que animaba cualquier conversación en que participaba.

Si el lector reflexiona ahora



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