Teoría del saber histórico by José Antonio Maravall Casesnoves

autor:José Antonio Maravall Casesnoves [Antonio, Maravall Casesnoves , José]
Format: epub
Tags: History
ISBN: 9788497427173
editor: DIGITALIA
publicado: 2009-11-19T04:54:20+00:00

—————— 3 Conocimiento y error, pág. 220. 4 Sobre las transformaciones de la noción de causa y aquellas que, como determinación, posibilidad, etc., se relacionan con la misma, en el campo de una disciplina determinada, próxima a la nuestra, ha publicado un excelente estudio M. de Terán, «La causalidad en geografía humana», Estudios geográficos, Estudios geográficos, 308.

cuentemente, la diferenciación entre ellos, se halla hoy en crisis, la cual afecta, como es fácil de entender, a las condiciones mismas de todo saber.

No siempre con rigor terminológico se distinguirá con suficiente claridad entre ley y causa. Para salvar esta confusión, Xénopol contrastaba los dos conceptos de esta manera: «La ley dice como el fenómeno se produce; la causa trata de dar cuenta de por qué se manifiesta así»5. Muchas veces la segunda palabra se emplea en lugar de la primera y la expresión «principio de causalidad» quedará para designar lo que más bien debería llamarse «principio de legalidad» del curso natural. Sin embargo, normalmente, hay que llamar causa a la conexión singular entre un hecho anterior y otro posterior, de modo que este se nos ofrece como consecuencia del primero, en una dependencia que nos explica por qué se da el segundo y en qué consiste; se llama ley a la regularidad con que unos hechos determinados se presentan cuando otros han sido dados, sin que podamos afirmar esta relación como un nexo de dependencia, sino sólo como una mera regla de sucesión.

Conviene que tratemos de aclararnos el riguroso concepto de ley que ha jugado en la ciencia un papel tan decisivo. Tengamos en cuenta que modernamente se ha venido siempre juzgando sobre si la Historia era o no ciencia, por la respuesta que se daba a la cuestión de si la Historia era o no capaz de leyes. ¿Qué eran esas leyes?

Debemos tratar de averiguarlo, como historiadores, más aún en el momento en que el principio de legalidad entra en crisis, para de ese modo ver si es posible llegar desde el límite de aquel a una concepción de la Historia que, libre de incurrir en un legalismo naturalista, pueda, sin embargo, superar esa especie de infecundo agnosticismo lógico en el campo del acontecer humano, que a veces parecen contemplar como irremediable los historiadores incursos en extremado historicismo.

El esquema clásico de la ley suponía: A) Generalidad. Como advierte Kaufmann, la ley no va de un hecho concreto o grupo de hechos singulares, en cuanto tales, a otro hecho o grupo de hechos, sino de una clase, en general, de hechos a otra clase de hechos. Dentro de la clase y para que pueda ser encajado en el marco de la ley, el hecho singular es desposeído de cuanto en él se juzga desprovisto de significado a los efectos de su inserción en el enunciado de la ley, convirtién

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