Se busca boy scout by Adriana Rubens

Se busca boy scout by Adriana Rubens

autor:Adriana Rubens [Rubens, Adriana]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico, Erótico, Humor
editor: ePubLibre
publicado: 2021-05-29T16:00:00+00:00


CAPÍTULO 15

Hope

Puede que sea un chico bueno, pero… Joder, ¡cómo besa el boy scout!

No sé por qué, pero fue verlo y las ganas que tenía de acostarme con el camarero desaparecieron. Y, cuando Ben se dio la vuelta para irse sin más, sentí ganas de irme con él. Ha sido injusto para mi consolador humano, pero intento ser fiel a mí misma y no estoy dispuesta a acostarme con nadie solo por compromiso.

El saber que ya no tiene novia me ha llevado a tontear con Ben, a picarle como suelo hacer, pero no me esperaba que cayese en mi juego ni mucho menos que lo hiciese de una forma tan intensa. Con todo, lo que más me asombra es que despierta en mí un deseo como no he sentido anteriormente.

Mientras nuestras lenguas se enzarzan en un acalorado duelo, mis manos exploran su cuerpo sin pudor, llevada por la curiosidad y la excitación. Lucho contra el impulso de arrancarle la ropa allí mismo, delante de la casa de mis padres. Así que me limito a enterrar las manos en su denso cabello oscuro, auparme contra él para rodearle la cintura con mis piernas y restregarme con descaro contra su abultado miembro.

En el fondo esperaba algún rastro del adolescente precavido y controlado, pero me encuentro con un hombre ardiente y apasionado que sabe lo que quiere y lo coge sin titubear. Sus manos exploran mi cuerpo con osadía, amasando mis pechos, aferrando mis caderas, apretando mis glúteos para empujarme contra él. Está desesperado, hambriento de mí, y eso me vuelve loca.

Estamos completamente absorbidos por el deseo cuando, de repente, la luz del porche se enciende y oímos que la puerta de entrada se abre. Los dos nos separamos con rapidez mientras recomponemos nuestro aspecto.

—¿Hope? —Oigo que pregunta mi padre y acto seguido lo veo asomarse al porche—. Oí un coche acercarse a la casa, pero al ver que no entrabas me… —Se queda callado de repente y aguza la mirada para reconocer al hombre que me acompaña—. Ben, ¿eres tú?

—Buenas noches, Sam —responde Ben tras aclararse la garganta.

Los ojos de mi padre van de uno a otro con expresión indescifrable. A ver, que no es tonto. Si llegó a ser capitán de la Jefatura de Policía del Distrito 67 fue porque era muy bueno en su trabajo. Debe de haber deducido lo que estábamos haciendo. No tiene más que ver mi boca, que la siento irritada por el roce de la barba incipiente de Ben, y el pelo revuelto del sheriff, sin contar con que su cara serviría como imagen descriptiva para la palabra «culpabilidad». Sin embargo, mi padre nos mira sin decir nada.

Conozco esa táctica. La ha utilizado con mis hermanas y conmigo toda la vida. Se queda callado, observando de forma penetrante, y acabas por confesar cualquier infracción, por leve que sea.

El truco está en aguantarle la mirada sin decir nada. Solo hay que ser un poco fuerte y no dejarse intimidar por…

—No es lo que parece —comienza a farfullar Ben, y cierro los ojos al tiempo que hago una mueca—.



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