Rudolf Steiner by damar

Rudolf Steiner by damar

autor:damar [damar]
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 0101-01-01T00:00:00+00:00


¡Observemos al sanguíneo! Notemos la mirada especial que se ve ya en el niño sanguíneo. Cuando dirige el ojo a un objeto, lo desvía en seguida. Es una mirada alegre. Alborozo y felicidad brillan en esa mirada que expresa lo que surge de lo profundo de la naturaleza humana; el cuerpo astral movedizo que predomina en el sanguíneo. El cuerpo astral trabaja con su móvil vida en los miembros. También le dará una configuración muy variable. Toda la fisonomía la figura estable, como los gestos son expresión del cuerpo astral móvil, fluido y volátil. El cuerpo astral del sanguíneo tiene tendencia a formar y plasmar. Lo interno se da a conocer hacia afuera, de ahí que el sanguíneo sea delgado y elástico. En la figura esbelta y en el esqueleto, en las formas de los huesos, se nota toda la movilidad interior del cuerpo astral del hombre. Se expresa, por ejemplo, en los músculos finos. También se puede ver en la forma de manifestarse exteriormente. Incluso alguien no clarividente puede darse cuenta desde atrás, si camina ante él un colérico o un sanguíneo. Para esto no hace falta ciencia espiritual. Si se ve caminar a un colérico, es como si con cada paso no sólo quisiera pisar fuerte, sino dejar una huella profunda en el suelo. El paso del sanguíneo, en cambio, es liviano y saltarín. En la manera de caminar brincante y saltante del niño sanguíneo se expresa la gran movilidad del cuerpo astral. El temperamento sanguíneo se descubre sobre todo en la edad infantil. Es toda una escultura viviente de la naturaleza sanguínea, la que se revela en los rasgos más íntimos. Rasgos bien esculpidos en el colérico; móviles, expresivos y variables en el sanguíneo. Se observa también en el niño sanguíneo cierta facilidad interior para cambiar de fisonomía. Hasta en el color de los ojos se puede reconocer a una persona sanguínea. La interioridad de la naturaleza del yo, esa naturaleza interior cerrada del colérico se manifiesta en el ojo negro de éste. Miremos al sanguíneo, en el cual la naturaleza del yo no está tan fuertemente arraigada, y el cuerpo astral se expone en toda su movilidad: en él descuella el color azul del ojo. Estos ojos azules se relacionan íntimamente con la luz interior del hombre, esa luz invisible del cuerpo astral. Podríamos mencionar así muchas características de la conformación externa que muestran los temperamentos.



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