Poesías by Miguel de Cervantes Saavedra

Poesías by Miguel de Cervantes Saavedra

autor:Miguel de Cervantes Saavedra [Cervantes Saavedra, Miguel de]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Poesía, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 2016-02-01T00:00:00+00:00


Cap. V del Viaje del Parnaso

Oyó el señor del húmido tridente

las plegarias de Apolo, y escucholas

con alma tierna y corazón clemente;

hizo de ojo y dio del pie a las olas,[852]

5y, sin que lo entendiesen los poetas,

en un punto hasta el cielo levantolas;

y él, por ocultas vías y secretas,

se agazapó debajo del navío,

y usó con él de sus traidoras tretas.

10Hirió con el tridente en lo vacío

del buco, y el estómago le llena[853]

de un copioso corriente amargo río.

Advertido el peligro, al aire suena

una confusa voz, la cual resulta

15de otras mil que el temor forma y la pena;

poco a poco el bajel pobre se oculta

en las entrañas del cerúleo y cano

vientre, que tantas ánimas sepulta.

Suben los llantos por el aire vano

20de aquellos miserables, que suspiran

por ver su irreparable fin cercano;

trepan y suben por las jarcias, miran

cuál del navío es el lugar más alto,

y en él muchos se apiñan y retiran.

25La confusión, el miedo, el sobresalto

les turba los sentidos, que imaginan

que desta a la otra vida es grande el salto;

con ningún medio ni remedio atinan;

pero, creyendo dilatar su muerte,

30algún tanto a nadar se determinan;

saltan muchos al mar de aquella suerte,

que al charco de la orilla saltan ranas

cuando el miedo o el rüido las advierte.[854]

Hienden las olas, del romperse canas,

35menudean las piernas y los brazos,[855]

aunque enfermos están y ellas no sanas;

y, en medio de tan grandes embarazos,

la vista ponen en la amada orilla,

deseosos de darla mil abrazos.

40Y sé yo bien que la fatal cuadrilla,

antes que allí, holgara de hallarse

en el Compás famoso de Sevilla;[856]

que no tienen por gusto el ahogarse

(discreta gente al parecer en esto),

45pero valioles poco el esforzarse;

que el padre de las aguas echó el resto

de su rigor, mostrándose en su carro

con rostro airado y ademán funesto.

Cuatro delfines, cada cual bizarro,

50con cuerdas hechas de tejidas ovas[857]

le tiraban con furia y con desgarro.

Las ninfas en sus húmidas alcobas

sienten tu rabia, ¡oh, vengativo nume!,[858]

y de sus rostros la color les robas.

55El nadante poeta que presume

llegar a la ribera defendida,

sus ayes pierde y su tesón consume;

que su corta carrera es impedida

de las agudas puntas del tridente,

60entonces fiero y áspero homicida.

¿Quién ha visto muchacho diligente

que en goloso a sí mesmo sobrepuja

(que no hay comparación más conveniente),

picar en el sombrero la granuja,[859]

65que el hallazgo le puso allí, o la sisa,

con punta alfileresca, o ya de aguja?

Pues no con menor gana o menor prisa,

poetas ensartaba el nume airado

con gusto infame y con dudosa risa.

70En carro de cristal venía sentado,

la barba luenga y llena de marisco,

con dos gruesas lampreas coronado;[860]

hacían de sus barbas firme aprisco

la almeja, el morsillón, pulpo y cangrejo,[861]

75cual le suelen hacer en peña o risco.

Era de aspecto venerable y viejo;

de verde, azul y plata era el vestido,

robusto al parecer y de buen rejo,[862]

aunque, como enojado, denegrido

80se mostraba en el rostro, que la saña

así turba el color como el sentido.

Airado, contra aquellos más se ensaña

que nadan más, y sáleles al paso,

juzgando a gloria tan cobarde hazaña.

85En esto (¡oh, nuevo y milagroso caso,

digno de que se cuente poco a poco

y con los versos de Torcato Taso!

Hasta aquí no he invocado,



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.